El actor era uno de esos actores término medio, que iban de menos a mas, aprendiendo de los mejores, soñando en hacer un papel memorable y que cuando sea viejo, la gente aun lo recuerde por ese papel.
El cinéfilo es uno de esos tipos que piensan saber mucho de cine, pero solo es un asiduo concurrente, buscando héroes o villanos que atraviese sus retinas y se quede en su mente, ganando su admiración y respeto. El cinéfilo tiene una simpatía especial por el actor, le hubiese gustado ser como el y tener sus papeles, que aunque no fueron tan buenos, lo divirtieron.
El actor recibe una llamada, es de una productora que le ofrece el papel de un villano, piensa que es su gran oportunidad, el momento que estaba esperando para poder lograr el reconocimiento que tanto ha querido, acepta el papel y se concentra en hacer historia en las pantallas.
El cinéfilo ha oído la noticia que su actor favorito tomara el papel de un gran villano, se ha emocionado porque espera sorprenderse con lo que hará el actor con ese personaje tan histórico. Espera con ansias la grabación y estreno de la película.
El actor se ha metido tanto en su papel, que a pesar de los problemas personales da lo mejor que tiene, duerme poco, bebe mas de la cuenta y ha tomado pastillas para poder conciliar el sueño ya que en su estado es muy difícil descansar. La tensión y la ansiedad lo invaden pero el sabe que debe vencer todo eso si quiere lograr lo que se propone. El actor logra terminar la grabación de la película y espera el estreno mientras toma otro papel para que el trabajo no lo deje pensar en sus problemas personales.
El cinéfilo se ha enterado que dentro de unos meses se estrenara la película del actor, toma las precauciones del caso, para no perderse el gran estreno mundial. Ha descargado los trailer para darse una idea de lo que espera de la película y no se ha decepcionado.
El actor cansado de sus problemas familiares y sus dificultades para dormir, ha decidido tomar mas pastillas de la cuenta, quería soñar que todo seria mejor al cerrar los ojos, pero no despertó mas, dejando el recuerdo de un buen actor, un buen hijo y un buen padre, como queriendo construir un epitafio agradable a su memoria.
El cinéfilo se ha enterado que el actor murió, ha sentido una pena inmensa, y en homenaje a su actor favorito se ha puesto a ver en el Dvd la mejor película que para su criterio ha filmado. Ha recordado todas las demás películas mientras veía esta, y se dio cuenta que hay cosas que pueden parecer insignificantes, pero que a algunas personas hace feliz, pues la felicidad es solo un estado de animo.
Se estrena la película del actor, y el mundo se ha quedado maravillado del enorme trabajo que ha hecho, hizo de aquel personaje histórico aun mas histórico y hasta hablan que es el mejor villano de la historia del cine. A un año de haber muerto el actor, la academia de cine lo ha nominado al gran premio, muchos de sus compañeros de trabajo se han alegrado augurando que será el gran ganador de la noche de gala.
El cinéfilo ha asistido al estreno de la película y se ha emocionado tanto del papel que hizo el actor, que a pesar que hace de villano, se gano la simpatía de todo el mundo, incluyendo al cinéfilo. Y cuando la película esta por terminar, faltando cinco minutos, el cinéfilo deja caer una lagrima, porque ya no vera mas a aquel actor, luego suelta una sonrisa de felicitación al trabajo hecho, como despidiéndose con los ojos de aquel gran actor que luego de su muerte ha logrado ser catalogado como estrella.
Llega el día de la gran premiación y el actor ha ganado el premio póstumo por su gran papel, todos se ponen de pie y aplauden contentos, porque en verdad merecía ese premio, que aunque no esta ahí para recibirlo, todos saben que no hace falta. Porque ahora todos recordaran al actor y al papel memorable que alguna vez hizo.
El cinéfilo deja caer una sonrisa de satisfacción al ver que se cumplió su deseo y se pone a aplaudir, siente que se hizo justicia, piensa que jamás olvidara a aquel actor que alguna vez lo alegraba con sus películas. Piensa que a veces somos felices con la alegría de otros, porque aun nos queda algo de divinos en nuestra naturaleza. El cinéfilo se detiene un instante y se pone a escribir sobre las cosas cotidianas de la vida, y también le dedica unas líneas al actor.
El cinéfilo es uno de esos tipos que piensan saber mucho de cine, pero solo es un asiduo concurrente, buscando héroes o villanos que atraviese sus retinas y se quede en su mente, ganando su admiración y respeto. El cinéfilo tiene una simpatía especial por el actor, le hubiese gustado ser como el y tener sus papeles, que aunque no fueron tan buenos, lo divirtieron.
El actor recibe una llamada, es de una productora que le ofrece el papel de un villano, piensa que es su gran oportunidad, el momento que estaba esperando para poder lograr el reconocimiento que tanto ha querido, acepta el papel y se concentra en hacer historia en las pantallas.
El cinéfilo ha oído la noticia que su actor favorito tomara el papel de un gran villano, se ha emocionado porque espera sorprenderse con lo que hará el actor con ese personaje tan histórico. Espera con ansias la grabación y estreno de la película.
El actor se ha metido tanto en su papel, que a pesar de los problemas personales da lo mejor que tiene, duerme poco, bebe mas de la cuenta y ha tomado pastillas para poder conciliar el sueño ya que en su estado es muy difícil descansar. La tensión y la ansiedad lo invaden pero el sabe que debe vencer todo eso si quiere lograr lo que se propone. El actor logra terminar la grabación de la película y espera el estreno mientras toma otro papel para que el trabajo no lo deje pensar en sus problemas personales.
El cinéfilo se ha enterado que dentro de unos meses se estrenara la película del actor, toma las precauciones del caso, para no perderse el gran estreno mundial. Ha descargado los trailer para darse una idea de lo que espera de la película y no se ha decepcionado.
El actor cansado de sus problemas familiares y sus dificultades para dormir, ha decidido tomar mas pastillas de la cuenta, quería soñar que todo seria mejor al cerrar los ojos, pero no despertó mas, dejando el recuerdo de un buen actor, un buen hijo y un buen padre, como queriendo construir un epitafio agradable a su memoria.
El cinéfilo se ha enterado que el actor murió, ha sentido una pena inmensa, y en homenaje a su actor favorito se ha puesto a ver en el Dvd la mejor película que para su criterio ha filmado. Ha recordado todas las demás películas mientras veía esta, y se dio cuenta que hay cosas que pueden parecer insignificantes, pero que a algunas personas hace feliz, pues la felicidad es solo un estado de animo.
Se estrena la película del actor, y el mundo se ha quedado maravillado del enorme trabajo que ha hecho, hizo de aquel personaje histórico aun mas histórico y hasta hablan que es el mejor villano de la historia del cine. A un año de haber muerto el actor, la academia de cine lo ha nominado al gran premio, muchos de sus compañeros de trabajo se han alegrado augurando que será el gran ganador de la noche de gala.
El cinéfilo ha asistido al estreno de la película y se ha emocionado tanto del papel que hizo el actor, que a pesar que hace de villano, se gano la simpatía de todo el mundo, incluyendo al cinéfilo. Y cuando la película esta por terminar, faltando cinco minutos, el cinéfilo deja caer una lagrima, porque ya no vera mas a aquel actor, luego suelta una sonrisa de felicitación al trabajo hecho, como despidiéndose con los ojos de aquel gran actor que luego de su muerte ha logrado ser catalogado como estrella.
Llega el día de la gran premiación y el actor ha ganado el premio póstumo por su gran papel, todos se ponen de pie y aplauden contentos, porque en verdad merecía ese premio, que aunque no esta ahí para recibirlo, todos saben que no hace falta. Porque ahora todos recordaran al actor y al papel memorable que alguna vez hizo.
El cinéfilo deja caer una sonrisa de satisfacción al ver que se cumplió su deseo y se pone a aplaudir, siente que se hizo justicia, piensa que jamás olvidara a aquel actor que alguna vez lo alegraba con sus películas. Piensa que a veces somos felices con la alegría de otros, porque aun nos queda algo de divinos en nuestra naturaleza. El cinéfilo se detiene un instante y se pone a escribir sobre las cosas cotidianas de la vida, y también le dedica unas líneas al actor.
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