domingo, 31 de octubre de 2010

HISTORIAS ROBADAS


Mi historia iba a ser la mejor de todas, de tanto extrañarte un día iba a tomar un avión para salir a buscarte, luego tocaría tu puerta, te diría que a nadie más he amado y te llevaría conmigo, sin pedir permiso huiría, solo con mi amor en los bolsillos, te secuestraria.

Viviríamos en un casa pobre, con los techos agujereados y en las lluvias arrimaríamos nuestra cama para no sentir más frio. Luego vendrían nuestros hijos y cuando yo sea viejo les contaría nuestra historia, de la aventura que fue traerte conmigo, y ellos dirán que su padre no siempre ha sido un perdedor, que esa batalla la gane yo, la batalla del amor.

He soñado tanto con esta historia que había pedido que la escriban en el epitafio de mi tumba, cuando ya las musas me abandonen y decida partir. La vida está hecha de historias, tenemos que aprender a escribirla sin miedos, con los pantalones bien puestos.

Ayer desperté y no encontré mi historia, podría jurar que la deje sobre mi velador, pero ya no está ahí, me la robaron. Salí a la calle furioso y asustado, preguntando a gritos quien me robo mi historia, quizás un villano o tal vez un señor acaudalado, he pedido a todas las brujas, que a ese bellaco le caiga una maldición. He regresado a mi casa, sin respuestas, sin historia y sin epitafio para mi tumba, preguntándome que le podrá contar a sus hijos ese ladrón.

He imaginado tu vida conmigo, las caricias, los poemas, las canciones de amor. Los techos agujereados, el ir y traer de nuestra cama, el juego de sortear la vida con mucha ilusión, los intentos de ser mejores cada día, perderle el miedo al destino, y pensar que por ser pobres no podremos ser felices. He imaginado tu vida conmigo y solo puedo decir… que no tienes ni las más p… idea de lo que te has perdido.

miércoles, 27 de octubre de 2010

SI EL NORTE FUERA EL SUR



Fabricio llega a la casa de su novia Rosario con un ramo de flores en la cajuela de su camioneta, una tarjeta escrita por la dueña de la florería y una sonrisa en los labios. El no tiene la facilidad ni los ánimos de ser romántico, no sabe ni que escribirle ni que cosas decirle a su novia para que caiga rendida a sus pies. Pero no sabe que ella estará muy contenta con solo ver las rosas, aunque fuese ella misma la que le dio la idea de comprar tamaño obsequio.

Omar junto algo de dinero para poder llevarle algo lindo a su novia Angélica, pero en la tienda donde entró le han dicho que su dinero no le alcanza para nada, entonces ha ido al parque del supermercado y a cortado los tulipanes que crecían libremente, arrancó una hoja de su cuaderno y escribió una canción de Ismael Serrano que estaba segura que su novia nunca escuchó. Al llegar a la casa de su chica con su pequeño obsequio, ella no lo puede creer, le parece un sueño que haya tenido un detalle tan lindo como ese, lo abraza, apoya su cabeza en el hombro de Omar y le dice que lo ama, que nunca olvidara este San Valentín.

Fabricio trabaja todo el tiempo, solo vive para su profesión, pero algunas noches lleva a su novia a lugares caros, le compre las mejores cosas, le da todo lo que el dinero puede dar, incluyendo el amor. Cada fin de semana alquilan una casa fuera de la ciudad y pasan juntos las mañanas más placenteras, las tardes más amenas y las noches más aburridas (no se puede tener todo). Fabricio quiere a Rosario, pero nunca lo demuestra, o quizás no sabe como demostrarlo. Sabe del amor como sabe de negocios o de la vida, pensando que ”el fin siempre justifica los medios”. No le gusta la música de Ismael Serrano ni los poemas de Vallejo, aunque a su novia le encantan ambas cosas.

Omar espera con ansias el fin de semana, porque la pasara con su querida Angélica, piensa llevarla a un cine de medio pelo y luego a comer en la fonda de su barrio, talvez caminar cerca al mar y escribirle un verso frente a la orilla. Cuando sea fin de mes y le paguen, Omar piensa ir al Castillo de Chancay con su novia, disfrutar una tarde en paz, lejos de todo el trabajo y el estrés, no piensa pasar la noche en ese lugar porque es muy caro, su dinero solo le alcanza para medio día, y eso para Angélica es suficiente, ella solo quiere que Omar siga a su lado y le diga cosas lindas. Porque los del sur, son felices con muy poco.

Una noche de Marzo, Omar y Rosario se encuentran en una tienda de discos, preguntando por el mismo artista: Ismael Serrano. Pensaron que era una agradable coincidencia y prolongaron la charla en un café. Omar y Rosario fueron amantes, de esos que comparten solamente los buenos momentos, que hablan de poesía y conciertos de trova, de amaneceres tibios sobre una cama alquilada. Ni Fabricio ni Angélica sospecharon nunca de sus parejas, eran los mejores farsantes de la ciudad. Pero el tiempo es experto en desgastar la pasión y devorar las caretas que usamos para sobrevivir. Rosario se cansó de los hoteles de mala muerte, de caminar por la playa y los poemitas baratos que Omar le escribía, ella deseaba algo que él no podía darle, ella deseaba seguridad, lo que su novio Fabricio podría comprar muy fácilmente con su dinero.

Ellos se despidieron una tarde de Octubre, después de hacer el amor en el hotel mas exclusivo de San Isidro, todo pagado por Rosario. Juraron extrañarse al día siguiente y olvidarse pasado mañana, tal como ordena el manual de los amantes. Hubo cartas tristes, promesas a largo plazo, confesiones de arrepentimiento, pero nunca más volvieron a estar juntos. Porque cuando la vida desata un nudo, solo empieza a tirar la cuerda y no se detiene nunca.

Ahora Fabricio es feliz con Rosario, pensando que ella también es feliz a su lado, todavía no ha aprendido a demostrarle que la quiere, pero eso a ella ya no le interesa, con el tiempo supo convivir con sus resignaciones. Omar sigue yendo a los cines de medio pelo con su chica, sigue invitándole a los chifas de su barrio, y hacer algo interesante cada fin de mes. Angélica se siente feliz a su lado, ya supo quien es Ismael Serrano y le agrada escucharlo. Siente que no cambiaría nada, que las cosas están muy bien así, ni un escalón mas arriba ni más abajo. A veces el conformismo es una bendición. La vida sigue transcurriendo sin reparos en la pequeña Lima, en la hermosa Lima. Los del Norte y los del Sur, cada quien en su lugar, buscando la felicidad como saben hacerlo… sin volver a cruzar sus caminos.

domingo, 24 de octubre de 2010

INDECIFRABLE

Todavía piensas en él, como te cuesta olvidarlo. Parece que fue ayer, me decías, cuando lo conociste y te enamoraste por primera vez. Un tipo alto, mayor que tu, el típico galán de la cuadra, pero entre todas te eligió a ti. Que tenia él que te atraía tanto?, tal vez sea su cuerpo atlético, su machismo desmedido o su tatuaje en el hombro izquierdo, su sonrisa picara o su fama de buen semantal. Tal vez sea un poco de todo. Pero un día no lo pensaste dos veces y fugaste de tu casa para irte con aquel chico. Le entregaste tus días y tus noches, le entregaste tu virginidad. Empezaron desde cero, como hacen las parejas a esa edad. Sobrevivieron a muchas crisis, pero al final la rutina los venció, nunca dejaron de amarse, pero sus caminos se partieron en dos, escucharon al sentido común y desgastaron la pasión. Como duele todavía cuando escucho un adiós.

Con los años ambos siguieron sus caminos, él se caso y tu también te casaste, vestida de blanco en una iglesia cerca de tu calle. Pero nunca lo olvidaste, lo poco que sabias de aquel chico te lo contaba una amiga en común. La vida transcurre sin complejos, no se fija en los detalles, la vida avanza derribando todo a su paso, hasta los buenos recuerdos. Alguna vez pensaste que el destino les tenía deparado un encuentro, una segunda oportunidad, lo imaginaste desde la noche en que lo dejaste ir. Eso ya no sucederá. Hace dos semanas te llamaron por teléfono para decirte que él había muerto en un accidente, no fue culpa de nadie, solo sucedió. Te cerraron el capitulo que tanto esperaste y eso es lo que más te duele. Por eso ahora estas llorando, confesándome la historia oculta de tu vida, quitándote la máscara frente a este farsante que se pregunta: de dónde saca tanto amor?

Yo no sé qué decirte, no soy experto en cuestiones del corazón, lo poco que aprendí lo olvide en los bares, no sabes el daño que le hace a la memoria si bebes tanto alcohol. Solo puedo acariciar tu espalda, apreciar tu desnudez que hoy vino a buscar compañía. Secas tus lágrimas, te vistes de nuevo y me das un beso en los labios antes de marcharte. Me dices que iras al cementerio a dejarle flores, que te llame el próximo fin de semana, pero que tenga cuidado si contesta tu esposo, porque yo siempre seré un secreto que permanecerá en silencio. Mientras sales por la puerta, te veo cruzar la acera, puedo imaginarte tan triste, enmudeciendo la calle, soltando una lagrima por cada historia vivida. Y todavía me pregunto… de dónde saca tanto amor?

viernes, 22 de octubre de 2010

INCOMPLETO

Si contigo aprendí a ver el vuelo de las aves, a detenerme y escribir sobre las cosas sencillas, moverme de acuerdo al ritmo de las olas, a esperar que baje la marea para gritar tu nombre, a expresar mis sentimientos entre la espuma, aprendí a ser gris, agua tibia, espejo de quien me mira, eco de quien me escuche. Si tú lograste pulir esta roca rudimentaria que se volvió arcilla en tus manos, que comprendió no ser la última palabra, ni tampoco el más cruel de los canallas, porque nunca me enseñaste a despedirme del todo.

Porque hoy guardas silencio?, porque te ocultas bajo esas flores?, a donde se fueron tus palabras, porque me haces tanta falta ahora que me siento incompleto, y cuando pido consuelo… solo me dan pésames.

martes, 19 de octubre de 2010

ANHELOS

Estas sentada ahí, a tres mesas frente a mí, con tu libro de Simone de Beauvoir entre las manos, explorando aquellos universos paralelos que se construyen en mentes ajenas que luego serán nuestros, de vez en cuando me miras, cada siete páginas para ser más exactos, tus ojos verdes se deslizan entre los mostradores y caen como flechas rotas a este blanco lleno de sombras. Soy el tipo menos indicado para quererte, no tengo nada de romántico y tartamudeo al hablar mientras sonrió a medias, siempre a medias. Tengo el corazón hecho un blindaje, mi piel tiene un cierto desgaste por el uso y las tantas camas que he visitado, ya no tengo ese pelaje de mi adolescencia, ahora me llaman señor sin poder serlo remotamente.

Pero tú sigues ahí leyendo sobre dilemas existenciales, buscando rutas de escape, sorteando los obstáculos entre tu vientre y mi cintura, observas lentamente como va cayendo mi hombría, como me acobardo en aumento al saber que me miras. Anhelo acercarme a tu asiento, cerrar tu libro y pedirte que te cases conmigo, que tengamos un hijo a quien llamaremos Joaquín, jurarte que trabajaré duro por los tres, que cada domingo habrá asado en la cocina y que te llevaré lindas rosas cada fin de mes.

Anhelo que aceptes mi propuesta, anhelo que me abraces, anhelo que existas, anhelo no tener que inventarte para poder escribir.

lunes, 11 de octubre de 2010

DESTINOS


Cuando conocí a Adriana, ella estaba casada y tenía una niña preciosa. Se sentía muy sola y yo vine a llenar ese vació, por alguna razón le gustaba mis escritos y de vez en cuando la sorprendía con un verso (en ese tiempo todavía escribía poemas cursis). Fuimos más que amigos, mucho más. Con ella empecé a conocer la música de Alejandro Filio y Edgar Oceransky (trovadores mexicanos), también la poesía de Edel Juarez que desde ese momento despertó al escritor que casi todos llevamos dentro. Un día Adriana y yo llegamos a creer que uno no podía vivir sin el otro, fue por eso que terminamos, porque la verdad era que no podíamos vivir uno cerca del otro, íbamos a terminar haciéndonos daño. Las distancias nunca juegan a favor de los amantes. Nos despedimos en su cumpleaños, cuando su esposo le regaló un auto moderno en señal de reconciliación, yo apenas pude obsequiarle un collar de fantasía, que para mi mala suerte, nunca llegó a sus manos. No la vi en mucho tiempo.

Cuando conocí a Luz, ella había terminado con su novio después de tres años de relación. Me gustaba desde la escuela, siempre soñaba con hablarle un día, darle un beso y hacerla mi chica, todo eso ocurrió en una sola noche, cuando me pare frente a ella y deje de ser un desconocido. Hubo mucha química, reíamos todo el tiempo de las mismas cosas y teníamos casi los mismos miedos, no llegar a ser lo que alguna vez quisimos. Con ella aprendí que el amor no termina en la cama, sino que resucita al día siguiente con un abrazo o una frase cariñosa, yo que pasaba toda mi vida huyendo de cuanta mujer conocía. El día de su cumpleaños le regale un disco de Alejandro Filio y le escribí un poema copiado de Edel Juarez que la hizo llorar. Luz quizás sea la mujer que mas quise, con la que mi vida pudo haber tomado otro rumbo, uno muy distinto a este. Pero ninguno de los dos quiso tomar ese camino. Un día yo le hice la peor de las canalladas y ella se marcho para siempre. Todos estos años me la pase viendo su ventana desde la mía, porque Luz vive apenas a dos calles de mi calle, pero a muchos kilómetros de mi vida.

Cuando quise estar solo, sin responsabilidades y escribiendo sobre las vivencias de un animal nocturno, conocí a Ana Rosa. Tal vez fue una coincidencia habernos encontrado en una página de Alejandro Filio, pero luego ella entró a leerme y se quedo ilusionada conmigo. Yo le dije que mis escritos eran engañosos, que soy mucho peor de lo que escribo. Nunca le mentí, le conté todo acerca de mí, hasta las cosas más escabrosas que me avergonzaban, quizás para desilusionarla un poco y se alejara. Pero ella me aceptó con todos mis defectos, ahí fue cuando empecé a quererla en serio y le dije “Preparo la mejor de mis vidas para ti, sobre la cama preparo la tierra más fértil… estoy negociando con dios la mejor de sus noches para tu llegada”, tierna frase del maestro Edel Juarez. Un día Ana Rosa gasto sus ahorros para tomar un avión y venir a verme, yo la esperé en el aeropuerto para comenzar nuestra historia, muriéndome de miedo al pensar que no me acepte tal como soy, porque a pesar de mis años, sé muy bien que no soy un tipo normal, he dejado de ser un canalla, pero a pesar de mis malos intentos, no he podido llegar a ser un tipo normal. Con Ana Rosa miramos juntos las estrellas desde mi ventana, estuvimos en la cama donde ahora escribo estas líneas, también vimos la casa de Luz mientras le contaba cada historia de mi vida, y en medio de la noche ella me regalo una foto suya con su trovador favorito, Edgar Oceransky. Pero luego ella sufrió un accidente y se tuvo que regresar a su país en silla de ruedas (en algún momento saldaré cuentas con dios por esto). Su familia me culpo de la tragedia y confabularon para borrarme de su vida. Ana Rosa nunca más volvería a verme, nunca más hablaríamos de los planes que teníamos, de ser ella una hermosa mama y yo seguir dando intentos por ser el hombre que ella merecía.

La vida sigue transcurriendo, el tiempo no sabe de distracciones. Adriana ahora tiene dos hijos, pero ya no vive con su esposo, me habla de vez en cuando, contándome como le va, me muestra unos poemas que le dedica a su novio Ulises y dice que le sigue gustando las cosas que escribo. Luz se casó hace tres años y sigue sin hablarme. Ella no sabe que escribo en un blog, ni que lo hice para poder olvidarla, porque el dolor de su ausencia mato una parte de mi. No ha tenido hijos y en parte yo me siento culpable por eso. Ana Rosa se enamoró del medico que la estuvo cuidando, ahora son novios y piensan casarse antes que termine el año, a veces dice extrañarme, que nunca olvidará lo que vivimos, pero que nuestras vidas ya tomaron sus caminos, y no vale mirar atrás.
Mientras tanto, yo sigo aquí, escribiendo solo y sin planes para mañana, evocando momentos pasados para poder contar una historia. No me imagino llegar a viejo, tampoco siendo padre o esposo de alguien, mi vida será corta pero memorable. Pienso que la felicidad existe, fue por eso que cada una de esas mujeres pasó por mi vida. Y aunque sabía que ninguna de ellas se quedaría conmigo para siempre, las amé como si me lo creyera (un escrito puede hacer que vengan, pero nunca un escrito ha podido retenerlas, para eso hace falta mucho más que palabras, me costó lagrimas aprenderlo). Todavía me queda una historia por vivir, presiento que conoceré a alguien más antes del gran final, alguien que romperá mi corazón o quizás me dé el suyo en señal de sacrificio. Todavía me sorprende que esas tres mujeres tengan relación con los mismos personajes, pero creo que así estaba escrito. Somos parte de una historia que ramifican en otras historias, no podemos andar huyendo de lo que nos toca vivir, solo hay que vivirlo intensamente aunque nos morimos de miedo al intentarlo. Porque la clave de nuestra existencia siempre tendrá una palabra final…DESTINOS.

viernes, 8 de octubre de 2010

ERA UN POETA

El no era un guardián de la noche, la luna y yo sabíamos quién era, también lo podía saber su amada Verónica. Entre la oscuridad de las calles y los vacios aberrantes que nos mostraba la madrugada, podíamos ver detrás del alma, podíamos reflejarnos en los charcos de sangre que adornaban las grandes avenidas, comparar el dolor con la indiferencia mientras el alcohol calentaba nuestros huesos. El día es hermoso cuando tu llegas/ sé que andas buscando el amor/ viajando de ciudad en ciudad/ me pregunto cuando me encontraras.

Lo conocí en la época más acelerada de mi vida, donde trasnochaba cuatro veces por semana, cuando llegaba de alguna parranda él estaba ahí, vigilando las aceras, cuidando los autos de los vecinos, con solamente un abrigo y un garrote, dispuesto a enfrentarse a quien sea por ganarse sus frijoles. Fue cuando me contó que estaba enamorado de una chica, pero que no tenía las agallas de decírselo (los tipos rudos suelen ser así), pero que cada noche se sentaba en esta esquina a escribirle unos versos, que tal vez algún día ella leerá. Tu sonrisa es el diástole de mi corazón/ algo hermoso está por venir/ tus manos inventan aves en mi calle/ espantando las lechuzas que hay en mí.

El no era un policía, tampoco un salvavidas, solo fingía ser otra persona, como tantas personas que giran con el mundo sin saber quiénes son. Conocía los secretos más inmundos de la gente, aquellos que se revelan cuando cae la noche, cuando nadie observa. Creo que fuimos grandes amigos, hasta me invitó una navidad a su casa, donde conocí a su familia y un poco más de su rutina. Me hablaba de Verónica como si fuese el único punto frágil que lo delataba, aunque la última vez que lo vi (hace dos años), estaba muy decidido a contarle sus sentimientos. Perdóname por amarte de sorpresa/ sin verdades a medias, ni pasiones/ agradezco que suplantes mis tristezas/ y que llenes de fe mis confesiones.

Los noticieros dicen que él era un policía, un guardián, un superhéroe, que ofrendó su vida evitando un secuestro, perdiendo su existencia anteponiendo su deber, solo dejando silencios donde antes había preguntas, del por qué suceden las cosas. Quizás nadie lo pudo conocer como yo, pero Julián era un poeta, un soñador que cada noche despertaba para luchar contra la realidad, esa realidad que a muchos nos agobia, sin poder ser quienes somos. Recuerdo todavía aquella noche cuando entre alcohol y cigarros me mostro un papel, donde había escrito su primera declaración de amor, todavía conservo esos versos, nunca los pude corregir, porque lo que se siente en lo profundo, queda grabado por la eternidad. Mi buen Julián, descansa en paz. Y cuando me dijiste adiós/ una parte mía murió/ solo espero que regreses/ terminar tu historia/ soltarme una sonrisa/ resucitarme con tu amor. Te amo por siempre Veronica.

domingo, 3 de octubre de 2010

UN AÑO DESPUES



Te conocí un día muy parecido a este, amanecía lloviendo sobre una primavera que apenas se asomaba, te crecieron alas, perdiste tus miedos, mientras yo escribía acerca de las sensaciones que podía provocar las distancias, tu traías maletas aferradas a una ilusión, esperabas un caballero, un buen partido, un poeta, yo solo tenía un corazón. Tú estabas lista para soñar, imaginar que uno mas uno podían ser tres, me hablaste de un futuro no muy lejano, un apellido prolongado, de dejarlo todo por única vez.

Dicen que algunos amores existen de pronto, y luego mueren sin saber que hacer, no encuentran caminos, ni respuestas a las distancias que puede haber. Pero también existen amores que se resisten a fallecer, que encuentran caminos, rutas secretas, amores que descubren sus respuesta subiéndose a los aviones.

Amanecimos juntos, soñamos lo mismo, perdimos los labios, cruzamos los brazos, rompimos promesas, todo eso en menos de un mes. Bajo la lluvia de octubre, a manos limpias, con el alma entre los dedos, escribimos una historia que ya nadie podrá creer. Como han cambiado las cosas, nuestras miradas se han perdido, buscando el amor que se fue, como ha cambiado la vida un año después.

Dicen que algunos amores existen de pronto, y luego se deshacen como tinta en un papel, se escriben como recuerdos de una mente ligera, formando poemas que a la semana siguiente nadie querrá leer. Pero también hay amores que permanecen perennes, que sobrepasan las vallas que puedan tener, como las fotografías que luchan contra el tiempo, colgadas en tu pared. Sigue lloviendo afuera, en esta noche de Octubre que ya olvidó lo que pudimos ser.