lunes, 11 de octubre de 2010

DESTINOS


Cuando conocí a Adriana, ella estaba casada y tenía una niña preciosa. Se sentía muy sola y yo vine a llenar ese vació, por alguna razón le gustaba mis escritos y de vez en cuando la sorprendía con un verso (en ese tiempo todavía escribía poemas cursis). Fuimos más que amigos, mucho más. Con ella empecé a conocer la música de Alejandro Filio y Edgar Oceransky (trovadores mexicanos), también la poesía de Edel Juarez que desde ese momento despertó al escritor que casi todos llevamos dentro. Un día Adriana y yo llegamos a creer que uno no podía vivir sin el otro, fue por eso que terminamos, porque la verdad era que no podíamos vivir uno cerca del otro, íbamos a terminar haciéndonos daño. Las distancias nunca juegan a favor de los amantes. Nos despedimos en su cumpleaños, cuando su esposo le regaló un auto moderno en señal de reconciliación, yo apenas pude obsequiarle un collar de fantasía, que para mi mala suerte, nunca llegó a sus manos. No la vi en mucho tiempo.

Cuando conocí a Luz, ella había terminado con su novio después de tres años de relación. Me gustaba desde la escuela, siempre soñaba con hablarle un día, darle un beso y hacerla mi chica, todo eso ocurrió en una sola noche, cuando me pare frente a ella y deje de ser un desconocido. Hubo mucha química, reíamos todo el tiempo de las mismas cosas y teníamos casi los mismos miedos, no llegar a ser lo que alguna vez quisimos. Con ella aprendí que el amor no termina en la cama, sino que resucita al día siguiente con un abrazo o una frase cariñosa, yo que pasaba toda mi vida huyendo de cuanta mujer conocía. El día de su cumpleaños le regale un disco de Alejandro Filio y le escribí un poema copiado de Edel Juarez que la hizo llorar. Luz quizás sea la mujer que mas quise, con la que mi vida pudo haber tomado otro rumbo, uno muy distinto a este. Pero ninguno de los dos quiso tomar ese camino. Un día yo le hice la peor de las canalladas y ella se marcho para siempre. Todos estos años me la pase viendo su ventana desde la mía, porque Luz vive apenas a dos calles de mi calle, pero a muchos kilómetros de mi vida.

Cuando quise estar solo, sin responsabilidades y escribiendo sobre las vivencias de un animal nocturno, conocí a Ana Rosa. Tal vez fue una coincidencia habernos encontrado en una página de Alejandro Filio, pero luego ella entró a leerme y se quedo ilusionada conmigo. Yo le dije que mis escritos eran engañosos, que soy mucho peor de lo que escribo. Nunca le mentí, le conté todo acerca de mí, hasta las cosas más escabrosas que me avergonzaban, quizás para desilusionarla un poco y se alejara. Pero ella me aceptó con todos mis defectos, ahí fue cuando empecé a quererla en serio y le dije “Preparo la mejor de mis vidas para ti, sobre la cama preparo la tierra más fértil… estoy negociando con dios la mejor de sus noches para tu llegada”, tierna frase del maestro Edel Juarez. Un día Ana Rosa gasto sus ahorros para tomar un avión y venir a verme, yo la esperé en el aeropuerto para comenzar nuestra historia, muriéndome de miedo al pensar que no me acepte tal como soy, porque a pesar de mis años, sé muy bien que no soy un tipo normal, he dejado de ser un canalla, pero a pesar de mis malos intentos, no he podido llegar a ser un tipo normal. Con Ana Rosa miramos juntos las estrellas desde mi ventana, estuvimos en la cama donde ahora escribo estas líneas, también vimos la casa de Luz mientras le contaba cada historia de mi vida, y en medio de la noche ella me regalo una foto suya con su trovador favorito, Edgar Oceransky. Pero luego ella sufrió un accidente y se tuvo que regresar a su país en silla de ruedas (en algún momento saldaré cuentas con dios por esto). Su familia me culpo de la tragedia y confabularon para borrarme de su vida. Ana Rosa nunca más volvería a verme, nunca más hablaríamos de los planes que teníamos, de ser ella una hermosa mama y yo seguir dando intentos por ser el hombre que ella merecía.

La vida sigue transcurriendo, el tiempo no sabe de distracciones. Adriana ahora tiene dos hijos, pero ya no vive con su esposo, me habla de vez en cuando, contándome como le va, me muestra unos poemas que le dedica a su novio Ulises y dice que le sigue gustando las cosas que escribo. Luz se casó hace tres años y sigue sin hablarme. Ella no sabe que escribo en un blog, ni que lo hice para poder olvidarla, porque el dolor de su ausencia mato una parte de mi. No ha tenido hijos y en parte yo me siento culpable por eso. Ana Rosa se enamoró del medico que la estuvo cuidando, ahora son novios y piensan casarse antes que termine el año, a veces dice extrañarme, que nunca olvidará lo que vivimos, pero que nuestras vidas ya tomaron sus caminos, y no vale mirar atrás.
Mientras tanto, yo sigo aquí, escribiendo solo y sin planes para mañana, evocando momentos pasados para poder contar una historia. No me imagino llegar a viejo, tampoco siendo padre o esposo de alguien, mi vida será corta pero memorable. Pienso que la felicidad existe, fue por eso que cada una de esas mujeres pasó por mi vida. Y aunque sabía que ninguna de ellas se quedaría conmigo para siempre, las amé como si me lo creyera (un escrito puede hacer que vengan, pero nunca un escrito ha podido retenerlas, para eso hace falta mucho más que palabras, me costó lagrimas aprenderlo). Todavía me queda una historia por vivir, presiento que conoceré a alguien más antes del gran final, alguien que romperá mi corazón o quizás me dé el suyo en señal de sacrificio. Todavía me sorprende que esas tres mujeres tengan relación con los mismos personajes, pero creo que así estaba escrito. Somos parte de una historia que ramifican en otras historias, no podemos andar huyendo de lo que nos toca vivir, solo hay que vivirlo intensamente aunque nos morimos de miedo al intentarlo. Porque la clave de nuestra existencia siempre tendrá una palabra final…DESTINOS.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola noche,el refugio en el que te escondes, se esta achicando, no siempre se puede vivir en el pasado, los trozos del corazón ya quedaron repartidos en estas bellas mujeres, regala les un presente donde tu alma viva y tu corazón deje las leyendas!!!
Sinceramente un beso.