sábado, 14 de mayo de 2016

CAPITULOS FINALES II

Un hombre llega al aeropuerto con una pequeña maleta y algunos billetes en el bolsillo. Para viajar hay que ir lo mas ligero, piensa. Hay que estar listos para partir al día siguiente o para quedarse una eternidad. No llevar recuerdos, solo una memoria en blanco para llenarla de experiencias nuevas.
 
Es su primera vez, asi que no quiere sentarse cerca de la ventana, prefiere evitar el mareo y su pequeña fobia a las alturas. Lleva un libro de Lin Yutang y un cuaderno para sus apuntes por si hace falta. En el asiento de al lado va ella, su musa. Se conocieron de casualidad hace dos meses y ahora están juntos dentro de un avión queriendo jugar a ser felices. Ella va mas ligera que él, esta aprendiendo a soltar sus miedos.  Una pulsera en cada mano, uñas sin pintar, buzo de algodón y zapatillas azules. Un disco de Edgar Oceransky en el iPod y un alma desnuda, por si a él se le ocurre dibujarla en sus cuadernos.
 
Los desiertos de Ica son hermosos, el sol empieza a asomarse, al mediodía todo será un dulce infierno. Caminar cerca de la laguna y tomar una cerveza mientras ella escribe en un mural lo mucho que lo quiere, termina siendo un marco entrañable para esa mañana de Octubre.

Visitar los viñedos, pasar de una finca a otra en tan solo un instante, oler esa sensación de vivir en el campo, donde nada sucede, quizás sea el mejor lugar para escribir el capítulo final de nuestra existencia. Ver esos atardeceres silenciosos, anaranjados, con aroma de lluvia, tomar un café mientras oscurece. La vida esta hecha de pequeños detalles: sonreír, caminar, besar.
 
Todavía quedan boletos. Ahora un bus los espera para llegar a Arequipa la mañana siguiente. La agenda se hace el mismo dia, no hay planes en el camino, solo disfrutar la noche y ver como amanece detrás de la ventanilla del bus. Mientras tanto, ellos escuchan un disco de Pablo Milanés en los audífonos. Ella le dice que lo quiere. El sigue pensando que tanto se puede amar durante seis años.

viernes, 29 de abril de 2016

CAPITULOS FINALES I


Para que una verdad exista también debe existir una mentira. Son como hermanas gemelas pero de distinto padre. La verdad depende de la mentira y también viceversa. Al final van de la mano por la misma calle, solo que en sentidos opuestos.
 
Un hombre de 30 años camina por la Plaza Mayor creyéndose feliz. Mientras se pone a tomar fotos cerca de la pileta una señora con aspecto de gitana se le acerca y por un billete de 20 se ofrece a contarle su futuro. Él le da dos billetes pero no quiere saber si tendrá fortunas, si se casará o tendrá hijos. El solo desea saber cuándo va a morir.

 A veces, más importa la meta antes que el camino. El tipo no quiere saber la historia de su vida, cree que todo puede cambiar en un segundo o quizás nada pueda cambiar jamás. Depende de atreverse o no atreverse a vivir. La mujer toma su mano y lo mira tierna y eternamente como si lo conociese de alguna otra vida pasada. Después de respirar profundo, como queriendo guardar un secreto o echarlo a volar, le dice que solo le quedan siete años.

 La vida es solo un guiño, un suspiro, un breve paréntesis donde todos tratan de explicar el misterio más grande: el “por qué?", pero a nadie le importa el “como?”.

 El hombre se queda solo en la Plaza Mayor, la mujer se pierde entre esa multitud que a él ya le parece invisible. El silencio es esa alma gemela que todos deseamos a veces. Te deja pensar en tantas cosas a la vez. Que podría significar una vida en siete años? Que sería lo primero por cumplir? Tendría que hacer una lista como en la película "Antes de partir"? o  quizás solo dedicarse a vivir cada instante y ponerse a escribir mientras la vida... solo sucede.