viernes, 11 de junio de 2010

YO, EL HEREJE

Entro a la catedral del DF, pisando su superficie inclinada que combina con el miedo, ante sus adornos dorados, que bien podrían brillar menos para alimentar más a cada creyente, sus columnas poderosas, su arquitectura fina y su órgano descomunal. Puedo percibir algo que talvez nadie sabe… dios no esta aquí.

Ante mi veo pasar a un anciano en silla de ruedas, con un crucifijo entre los dedos, un billete de cincuenta pesos, unos ojos que han de haber visto todo, tratando de subir hacia la capilla sin poder lograrlo, era muy fácil imaginarlo… dios no estaba aquí.

Veo tres ancianas golpeándose el pecho, pidiendo vida, buscando perdón, tratando de trascender ante esta lluvia de rutinas católicas, veo una niña llorando de hambre, un periodista sacando las mejores fotos del cura de turno, el esposo de alguien con la mujer de otro. Como no adivinarlo… dios no estaba aquí.

Quise salir huyendo del lugar, buscar motivos para seguir escribiendo, que no tenga que ver con tragedias. Y fue cuando vi a dios sobre el techo de la iglesia, sosteniendo la cruz que todos veneran, llorando de pena, gritando herejías, buscando el perdón… que nadie se lo dará.

1 comentario:

Teperepe dijo...

La condición humana tan realista como la pintas, suplica a veces un espacio para que se expresen como tú lo haces.

No te pierdas entre tanta gente!!

Abrazos