martes, 22 de junio de 2010

GARIBALDI

La Plaza Garibaldi se llena de neblina, el humo de los coches no me deja ver a mi alrededor, tacos calientes, quesadillas a buen precio, las señoras vendiendo tequilas en una esquina, los mariachis ofreciendo canciones, todo está en su lugar.

Llegan las parejas, se sientan en las bancas, compran flores, piden una tonada de amor, mientras yo los maldigo en silencio. Los ladrones se ocultan, los federales ebrios van llegando a celebrar, las prostitutas bailan sobre las mesas, los mendigos piden misericordia una noche mas, mientras yo estoy ahí solo, sentado con una cerveza en la mano y escribiendo experiencias aun no vividas... todo está en su lugar.

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