Ella se pierde entre cuerpos calientes, sudores vigorosos entre sabanas alquiladas.
El sueña con encontrar la musa de sus cuentos, la que lo haga volver a escribir poemas de amor.
Ella viaja por la vida con poco equipaje, maquillaje, besos y palabras fingidas.
El llega a cualquier lugar con abrigo, bufanda, doble calcetín y una gorra para ocultar su mirada.
Ella tiene dos tatuajes en la espalda y uno en el vientre, que le recuerdan sus mejores historias.
El solo tiene una cicatriz en la frente por un accidente, pero inventa historias sobre furtivos encuentros entre amantes insaciables.
Ella desecha amores que la quieren para ellos solos, porque dice que no es de nadie.
El busca un corazón donde pueda cobijar el suyo y quedarse a dormir hasta que la vida decida.
Ella tiene un corazón muy protegido de los sentimientos, no se permite amar tan fácilmente.
El tiene su alma al descubierto, es tan transparente como el agua y su corazón es un manantial de deseos.
Ambos acuden a una fiesta, ella invitada por una amiga, él obligado por sus padres, se encuentran en la barra del bar, se dicen sus nombres, se permiten bailar tres piezas, se ponen de acuerdo para salir al jardín, se dan dos besos, cuatro caricias y ocho palabras obscenas. Bajo la hierba mojada hicieron el amor.
Ella dejo sus mejores caricias, su cuerpo tembló como no lo hacia desde hace mucho tiempo.
El aprendió nuevas formas de amar, se perdió entre sus perfumes y pensó que había tocado el cielo al estar sobre aquel cuerpo desnudo.
Ella sintió que empezaba a ilusionarse, le pidió su número y prometió llamarla todas las noches antes de irse a dormir.
El supo de la mala fama de ella, porque alguien se lo comentó, no quiso salir herido otra vez, así que le dio un numero falso y le dijo que fue muy grato encontrarla esa noche.
Ella desde aquella noche, divaga como alma en pena, buscando esa alma genuina que se topo sin avisar en su camino, ya no busca cuerpos calientes, solo busca otra oportunidad.
El ahora escribe de amor, gana concursos de poesía y compone acrósticos para que sus amigas se lo dediquen a sus novios. Sin embargo hay noches en que extraña a su musa… pero ya no sabe como encontrarla.
El sueña con encontrar la musa de sus cuentos, la que lo haga volver a escribir poemas de amor.
Ella viaja por la vida con poco equipaje, maquillaje, besos y palabras fingidas.
El llega a cualquier lugar con abrigo, bufanda, doble calcetín y una gorra para ocultar su mirada.
Ella tiene dos tatuajes en la espalda y uno en el vientre, que le recuerdan sus mejores historias.
El solo tiene una cicatriz en la frente por un accidente, pero inventa historias sobre furtivos encuentros entre amantes insaciables.
Ella desecha amores que la quieren para ellos solos, porque dice que no es de nadie.
El busca un corazón donde pueda cobijar el suyo y quedarse a dormir hasta que la vida decida.
Ella tiene un corazón muy protegido de los sentimientos, no se permite amar tan fácilmente.
El tiene su alma al descubierto, es tan transparente como el agua y su corazón es un manantial de deseos.
Ambos acuden a una fiesta, ella invitada por una amiga, él obligado por sus padres, se encuentran en la barra del bar, se dicen sus nombres, se permiten bailar tres piezas, se ponen de acuerdo para salir al jardín, se dan dos besos, cuatro caricias y ocho palabras obscenas. Bajo la hierba mojada hicieron el amor.
Ella dejo sus mejores caricias, su cuerpo tembló como no lo hacia desde hace mucho tiempo.
El aprendió nuevas formas de amar, se perdió entre sus perfumes y pensó que había tocado el cielo al estar sobre aquel cuerpo desnudo.
Ella sintió que empezaba a ilusionarse, le pidió su número y prometió llamarla todas las noches antes de irse a dormir.
El supo de la mala fama de ella, porque alguien se lo comentó, no quiso salir herido otra vez, así que le dio un numero falso y le dijo que fue muy grato encontrarla esa noche.
Ella desde aquella noche, divaga como alma en pena, buscando esa alma genuina que se topo sin avisar en su camino, ya no busca cuerpos calientes, solo busca otra oportunidad.
El ahora escribe de amor, gana concursos de poesía y compone acrósticos para que sus amigas se lo dediquen a sus novios. Sin embargo hay noches en que extraña a su musa… pero ya no sabe como encontrarla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario