Cuando no sabía casi nada del amor, tú me diste mis primeras clases, me enseñaste que había palabras exactas para poder describir un sentimiento, una emoción, un estado de ánimo. Tú no escribías poesía, tú la dibujabas, la diseñabas con tu enorme y colosal imaginación, tanto así que cuando me encontraba con un verso tuyo, me ponía cómodo y soltaba una sonrisa, porque era conciente que estaba a punto de ver una obra de arte.
Aun recuerdo cuando una chica que me gustaba mucho me pedía poesía, porque decía que a las mujeres les fascinaba los hombres que supieran decir las cosas, yo era muy malo escribiendo y pensé que tenía que recurrir a alguien experto en la materia. Fue el destino quien me condujo a ti, pase por Neruda, por Sabines, por Buesa, pero la escogencia tiene que ver con lo místico y singularidad que uno lleva dentro. Entonces supe que mis caminos tenían un rumbo celestial, mis veleros a la deriva al fin encontraron su puerto perfecto, empozaría para siempre en las mágicas palabras de Mario Benedetti.
Muchos años han pasado, muchos corazones han sido abiertos mediante tus prosas, muchas veces me he detenido a leerte, he intentado comprender tu visión del mundo, tu sentido de la justicia y tu sabiduría mediante las cosas simples. Como me dueles Marito, ahora que partiste para siempre, ahora que dejaste al mundo que álguna vez soñaste perfecto, Te fuiste un domingo, como se deben ir todos los poetas del mundo: durmiendo y soñando.
Cuando supe de tu muerte, encendí el youtube en el trabajo, le subí el volumen de los parlantes y recordé tus mejores poemas, mis ojos se humedecieron como si se hubiera muerto un pariente, creo que lo menos que te debo son unas lagrimas de corazón, el corazón que alguna vez habitaste para enseñarle a diseñar sus propias palabras, a describir sus propios sentimientos y estados de animo. Hoy te marchaste para siempre, pero no te fuiste del todo, tus poemas aun deambulan en los labios de los amantes verdaderos y de los estudiantes que pretenden cambiar el mundo. Pero esta oscura noche de mayo, con los ojos rojos y el corazón de luto, siento que me han arrancado un poco de mi alma…. como me dueles Marito.
Aun recuerdo cuando una chica que me gustaba mucho me pedía poesía, porque decía que a las mujeres les fascinaba los hombres que supieran decir las cosas, yo era muy malo escribiendo y pensé que tenía que recurrir a alguien experto en la materia. Fue el destino quien me condujo a ti, pase por Neruda, por Sabines, por Buesa, pero la escogencia tiene que ver con lo místico y singularidad que uno lleva dentro. Entonces supe que mis caminos tenían un rumbo celestial, mis veleros a la deriva al fin encontraron su puerto perfecto, empozaría para siempre en las mágicas palabras de Mario Benedetti.
Muchos años han pasado, muchos corazones han sido abiertos mediante tus prosas, muchas veces me he detenido a leerte, he intentado comprender tu visión del mundo, tu sentido de la justicia y tu sabiduría mediante las cosas simples. Como me dueles Marito, ahora que partiste para siempre, ahora que dejaste al mundo que álguna vez soñaste perfecto, Te fuiste un domingo, como se deben ir todos los poetas del mundo: durmiendo y soñando.
Cuando supe de tu muerte, encendí el youtube en el trabajo, le subí el volumen de los parlantes y recordé tus mejores poemas, mis ojos se humedecieron como si se hubiera muerto un pariente, creo que lo menos que te debo son unas lagrimas de corazón, el corazón que alguna vez habitaste para enseñarle a diseñar sus propias palabras, a describir sus propios sentimientos y estados de animo. Hoy te marchaste para siempre, pero no te fuiste del todo, tus poemas aun deambulan en los labios de los amantes verdaderos y de los estudiantes que pretenden cambiar el mundo. Pero esta oscura noche de mayo, con los ojos rojos y el corazón de luto, siento que me han arrancado un poco de mi alma…. como me dueles Marito.
2 comentarios:
Me duele lo mismo...porque Mario deja hueco...enorme hueco que no cualquiera podrá llenar.
Un abrazo
Los ojos de las almas románticas como yo miran al infinito ¡Mario Benedetti esta subiendo al cielo!
Marito... te has ido sin saber lo mucho que me has dado, pero ahora vivirás eternamente en el vergel de tus ansiados vuelos y en la mente de todos los que te guardamos en un pedacito del corazón.
Gracias por haber vivido!!!
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