jueves, 7 de mayo de 2009

APRENDIENDO A VOLAR

Cuando aprendí a leer y escribir sentía que había nacido por segunda vez, que un mundo distinto se abría para mí, apenas tenia seis años y me sentía Jack Cousteaeu navegando sobre ese inmenso mar que es el aprendizaje. Nunca fui un alumno aplicado, tenia una gran memoria en ese entonces, por eso siempre pude aprobar los exámenes. Sin embargo uno siempre recuerda a sus maestras, a las que saludamos con cariño, dejándole una manzana sobre su escritorio, las que con sus propias manos guía la nuestra para que podamos escribir una vocal, la que a veces se vuelve nuestro primer amor platónico.

Uno va creciendo conforme pasan los años, y nos vamos moldeando de acuerdo a lo que fijen esas manos dulces de nuestras maestras, muchas veces somos lo que ellos desean que seamos, otra veces morimos en el intento pero sin apagar la llama que alguna vez encendieron dentro de nosotros. A veces no somos tan buenos, pero nunca perdemos ese instinto natural de querer ser mejores cada día. Pero a pesar de la vida que transcurre frente a nosotros sin misericordia, siempre tenemos un espacio para recordar a esas bellas escultora de nuestras vidas, nuestros ángeles guardianes de la sabiduría, la que dibujo nuestra vida con diversos colores, la que nos demostró que dos mas dos siempre será cuatro, la que nos dijo alguna vez que García Márquez había escrito nuevos mundos para nosotros, la que nos abrió la jaula de la infancia y nos enseño a volar en ese inmenso universo que es el aprender.

1 comentario:

Almiux dijo...

querido renesito....
esta foto es una mentira esos niños son mios no de almissssssssss pero bueno de cualquier forma eres increible !!!!!!!!!! besos kary