Ella pudo ver como el amor salia por su puerta, dejando tristes tonadas a su paso, aromas de duelo y un luto evidente del alma que a veces no puede soportar malas noticias. Cuanto corazón fue entregado en el pasado, cuanto sacrificio envuelto en sueños perpetuos, cuanta magia con sabor a delirio, un par de milagros que luego llamaron hijos, un hogar, una familia, un "para siempre" que se transformo en capricho. Ya no queda nada por hacer, el amor tiene que partir, hacer su camino y tal vez no renacer.
Ella mira la vida como toma su vuelo, apenas tan cerca de sus pies, no la toca, la esquiva, la evita, solo sonríe con tristeza sin saber porque. No tengas miedo volver, no tengas miedo caer, hasta las guerras perdidas se volvieron a hacer. Ella echa un llanto frente al mar, se mira al espejo, se encuentra distante, se seca las lagrimas, se pone de pie y pega un canto de alivio... no te rindas mujer.
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