Me prometiste un encuentro, dos besos, tres mordidas y cuatro pecados confesables. Acompañar mis noches con aventuras de novelas tétricas, con ligeros cargos de conciencia de tu pasado inhumano, que por ratos pretenden regresar en un futuro. Me dijiste que no eres real, que solo eres un invento mío para darle por su lado a la locura que me visita cada tarde.
Sin embargo te extraño como si fueses mi vieja camarada, como si fuésemos el dúo dinámico del pecado y la lujuria. Donde quiera que andes, no tardes en volver, mis noches tranquilas están a punto de marcharse y no quiero estar solo.
3 comentarios:
Brutal juego de soledad y deseo en unas pocas letras llenas de melancolía. Me ha encantado leerlo.
Muy nostálgico la locura acompañada de su fiel amiga soledad.
Me a gustado mucho.
Un saludo.
Muy bueno!! bien definido el otro yo!!
Besos
Noe
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