viernes, 6 de noviembre de 2009

ELLA Y EL


Ella se inventa una tregua, un escape a la rutina de lo pasado, prefiere olvidar su mano izquierda donde tenía un anillo, su álbum de fotografías, sus gestos de incertidumbre frente al espejo.

El escribe su vida con mayúsculas, ha sembrado a lo largo del camino esperando algún día cosechar. Aun respira, se lo comprobó las mañanas que lo despiertan, pudo sobrevivir a los amores pasados, a las despedidas tristes, a las promesas de amor que ya ni recuerda.

Ella existe como suelen existir las mujeres, dejando sonrisas a su paso, porque la vida es un eterno coqueteo con la locura, porque hay que seguir viviendo a pesar de los tropiezos, ella lo supo entender con el tiempo. Como nos cuesta entender algunas cosas.

El sale cada fin de semana buscando aventuras que al día siguiente desaparecerán, prefirió el camino más largo al olvido, sin embargo su memoria tropieza con nombres, fechas en rojo, lugares prehistóricos, enciende un cigarrillo, bebe un sorbo de martini y voltea la pagina.

El azar a veces es un caballo sin riendas, otras un vil villano en sano juicio dispuestos a desordenar nuestra agenda, no sabe de sentimientos pero los manipula, no entiende de coincidencias pero los inventa, hace caso omiso a las reglas de tiempo y espacio, solo juega a ser Cupido sin tener arco ni flecha, pero al final de las historias nunca nadie lo juzga.

Ella intentaba ser feliz en una ciudad de Monterrey, Él creía serlo bajo las noches frías del DF. México parece ser un lugar lleno de historias, confesiones de amantes perdidos, una fuente inagotable de palabras que van buscando su cauce natural, el amor.

Ella abre su ventana del msn y ahí estaba él, como si fuese un deseo concedido a su soledad, para compartir su silencio mediante palabras que digan más de lo que parece.

Él nunca la pudo olvidar, siempre la supo prohibida desde que se caso hace cuatro años, ahora que está sola nuevamente le tiende un puente a su vida. Ella acepta cruzar ese puente.
Ambos recuerdan nombres, fechas en rojo, lugares prehistóricos, sienten que sus corazones por fin empiezan a latir, se pierden en charlas interminables de madrugada, hacen nuevas promesas (quizás sean las mismas pero no lo notan), buscando escribir su nueva historia, en Monterrey o en el DF. qué más da, lo importante es no estar solos... Y nunca ser juzgados.

2 comentarios:

kalima dijo...

Amores que se pierden en el tiempo pero no en el recuerdo..
Amores que regresan al reencuentro de lo que un dia quisieron ser y no fueron...

Tal vez sea tu escrito la ficcion de una realidad cotidiana, o simplemente una realidad en palabras.

Un placer leerte
Saludos

Anónimo dijo...

Es el sonido sordo de las cosas incompletas las que impiden que uno termine de decir quédate me haces falta, es de esos lugares donde habita el olvido.

Luna.