viernes, 3 de abril de 2009

SE SIRVIO UN CAFE

Se sirvió un café, apago el televisor y busco un libro antiguo. Se saco los zapatos, se puso la bata y se miro al espejo; el tiempo le hace cosas extrañas al cabello, su pelo ahora era gris. Se sentó en aquel sofá como todos los días, encendió la chimenea, tomo un lápiz y se puso a subrayar las frases mas tristes. La vida era una dulce rutina para aquel anciano que se olvidó de vivir.

Las horas transcurrieron sin el menor cargo de conciencia, la luna mostro su mejor perfil, su ventana aun mostraba aquella cortina antigua de modelo ingles. Sus ojos cansados empezaron a coquetear con el bello reposo que es dormir, cerro su libro, apago la lámpara y se fue a la cama. Antes de recostarse en su colchón cogió la foto que estaba apoyada en el velador, era la foto de una mujer de poco mas de veinte años, la acaricio, pronuncio unas palabras de resignación y cerro los ojos, debajo de sus pupilas, balanceándose entre sus mejillas, cayo una lagrima.

Al día siguiente, no pudo despertar, el sueño se hizo eterno, su cuerpo invento alas para poder volar, se llevo sus recuerdos, sus ganas de amar y sus delirios. El amor es pasajero cuando no sabes amar, es corto, gris, opaco cuando no entiendes de oscuridad, es dulce, luminoso, fuerte cuando sabes luchar… el amor solo se hace eterno con la eternidad.


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