
Han transcurrido veinte ocasos, tres eclipses, dos terremotos y un suicidio en masa, pero los diarios no hablan de ti en ninguna parte del mundo, nadie me da noticias tuyas. P
ienso que la melancolía es más que un estado de ánimo. Es una muerte a plazos, un agonizar pausado esto de no tenerte, una pérdida total de sentido común que se desmorona de a poco, entre palabras que ya carecen de significado, entre frases que se vuelven ilegibles a medida que los calendarios caen hecho cenizas. Donde quiera que estés… ven a salvarme.

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