Salimos de la discoteca y ya era de madrugada, la acompañe por las calles oscuras pero nos desviamos del camino, la bese bajo el arbol mas grande de ese lugar. Todo mi cuerpo temblo frente a ella y no pude contener mis ganas de poseerla.
Nos metimos a un hotel cercano, la desvesti de muchas formas y la llene de besos mas que de caricias. Estreche su desnudez tan fuerte y la ame tantas veces bajo esas sabanas que quedaron nuestros nombres bordados en ellas. Mis labios recitaron poemas sobre sus senos y mis manos esculpieron nidos entre sus piernas. Nos llenamos de juramentos en vano, de promesas incumplidas hasta esa noche, de palabras romanticas pero vacias. Y soñamos ser felices hasta que salga el sol.
La mañana me desperto con el sonido de los autos que pasan por la calle. Estire mi brazo para encontrarla y ella ya no estaba, no se si lo habre soñado o si el amor huyo mientras dormia. Pero me di cuenta que aquel vacio del otro lado de mi cama... es mas grande ahora.
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