Eran las diez de la mañana y el despertador sonaba de manera insoportable, las ventanas alumbraban su habitacion. Benito se levanto de la cama, se dio un baño y se puso el mejor traje que tenia. Hoy era un dia especial, era el dia de San Valentin.
Estaba muy emocionado, el brillo en sus ojos no era comun, como cada año ese dia era muy especial para él. se coloco su corbata favorita, tenia los zapatos relucientes y se puso aquel abrigo que tanto gustaba a su amada. Aquel amor de su vida, era la que lo estaba esperando, Benito estaba muy nervioso y no sabia que iba a decir al estar en ese lugar con ella, con la dueña de sus sueños, su eterna compañera, su dulce Margarita.
Entonces escribio en un papel aquella cancion de Silvio Rodriguez que tanto le gustaba a ella, compro un ramo de rosas rojas en aquella tienda de la esquina y partio al encuentro con su amada. Ya en el camino el empezo a recordar cada instante del pasado, cuando la vio por primera vez en aquella fiesta, su primer beso bajo el puente. Tenian toda una historia juntos, sin embargo a veces el destino juega al azar con nuestras vidas. Benito se sento en aquel parque donde alguna vez estuvo con Margarita, y se asomo a la fuente para reflejarse un instante. Pareciera que el tiempo no habia transcurrido, pero asi fue, y ahora Benito ve reflejado sus rostro cansado sobre las aguas de esa fuente. Sus 74 años no han pasado en vano. A veces piensas que el amor es indestructible y para siempre, que puede ser tan perfecto que no hay realidad que valga para dejar de amar con la misma intensidad. Y es que el amor no muere, solo cambia de lugar.
La tarde estaba cayendo y el cielo estaba perdiendo su bello color celeste. Benito llego a aquel cementerio lleno de obsequios, se sento frente a la tumba de su amada, lo rodeo de rosas y coloco aquel papel con la cancion de Silvio mientras le silbaba la melodia. Dejo caer unas lagrimas que las rosas pudieron cubrir de inmediato, y le decia entre sollozos: "Feliz San Valentin mi dulce Margarita".
Estaba muy emocionado, el brillo en sus ojos no era comun, como cada año ese dia era muy especial para él. se coloco su corbata favorita, tenia los zapatos relucientes y se puso aquel abrigo que tanto gustaba a su amada. Aquel amor de su vida, era la que lo estaba esperando, Benito estaba muy nervioso y no sabia que iba a decir al estar en ese lugar con ella, con la dueña de sus sueños, su eterna compañera, su dulce Margarita.
Entonces escribio en un papel aquella cancion de Silvio Rodriguez que tanto le gustaba a ella, compro un ramo de rosas rojas en aquella tienda de la esquina y partio al encuentro con su amada. Ya en el camino el empezo a recordar cada instante del pasado, cuando la vio por primera vez en aquella fiesta, su primer beso bajo el puente. Tenian toda una historia juntos, sin embargo a veces el destino juega al azar con nuestras vidas. Benito se sento en aquel parque donde alguna vez estuvo con Margarita, y se asomo a la fuente para reflejarse un instante. Pareciera que el tiempo no habia transcurrido, pero asi fue, y ahora Benito ve reflejado sus rostro cansado sobre las aguas de esa fuente. Sus 74 años no han pasado en vano. A veces piensas que el amor es indestructible y para siempre, que puede ser tan perfecto que no hay realidad que valga para dejar de amar con la misma intensidad. Y es que el amor no muere, solo cambia de lugar.
La tarde estaba cayendo y el cielo estaba perdiendo su bello color celeste. Benito llego a aquel cementerio lleno de obsequios, se sento frente a la tumba de su amada, lo rodeo de rosas y coloco aquel papel con la cancion de Silvio mientras le silbaba la melodia. Dejo caer unas lagrimas que las rosas pudieron cubrir de inmediato, y le decia entre sollozos: "Feliz San Valentin mi dulce Margarita".
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