lunes, 20 de septiembre de 2010

UBIERGO, ELLA Y YO



Son las ocho y treinta en el Centro de Convenciones María Angola, el tráfico caótico de Lima no me dejaba llegar, pero entre ese tumulto de gente, pude aparecer desde un taxi, acalorado y sediento, con mi boleto en la mano para poder entrar a tiempo. El lugar estaba casi repleto, la octava fila me estaba esperando, nadie me observaba, era casi invisible ante los demás. El asiento de al lado estaba vacío, como diciéndome que regresé al pasado, pero no era momento de arrepentirse, la vida solo ocurre una vez.

Ella me llamó al celular, a preguntarme si estoy bien, si dormí la noche anterior o sigo sufriendo de insomnio, quería saber porque ya no escribo, a donde se fueron mis musas. Le pedí que se quedara conmigo, que sea mi “asiento de al lado” por esta noche, ella aceptó encantada, sus noches son tan silenciosas como las mías, también siente frio en las madrugadas y al menos tres veces por semana me atrapa en mi cama con una llamada telefónica para hacerme reír.

Entre los aplausos del público Fernando Ubiergo hace su aparición, diciendo que debe haber algún lugar del mundo para soñar, tomándose un café para platón frente a nosotros, contándonos una historia que ocurrió un 21 de agosto. Ella estuvo conmigo todo el tiempo, acompañándome en cada canción, aplaudiendo y quizás echando una lagrima en alguna frase entonada por el trovador chileno. Al terminar el concierto pude encontrarme con Fernando detrás del escenario, fue una charla corta y amena, que terminó con una firma sobre un pañuelo. Me mando saludos para ella, deseando que la próxima vez pueda acompañarme.

Ella me llamo de nuevo a medianoche, preguntándome si llegue bien a casa, deseándome dulces sueños, diciendo que me quiere, que desea mucho estar en ese momento conmigo. Ella nunca estará conmigo, pero no por eso está prohibida de desearlo. Nos conocemos desde hace diez años por una casualidad, ha sido mi amiga y cómplice todo este tiempo, desde que solo era un púber inexperto y silvestre, ha escuchado todas mis preguntas a pesar que no tenía todas las respuestas, soportando mis majaderías y mis corajes. Esta noche fue nuestra, gracias por estar ahí siempre que lo he necesitado. Es hora de dormir, espero soñar contigo y terminar esta historia que nunca tendrá un final. Hasta mañana pequeña Kimberly.

1 comentario:

Tatiana Aguilera dijo...

Fernando Ubiergo es un poeta, un cantante de letras preciosas...Forma parte de nuestra historia musical, verlo y escucharlo es un deleite, se aprende tanto de sus escritos.
Un abrazo.