Mi plan era perfecto, fue tramado con lujo de detalles, con una exactitud tan milimétrica que hasta yo mismo me sorprendía. Mi plan era atraparte, endulzarte hasta hacerme necesario, ser tu amante, engañarte tantas veces que me creyeras todo lo que diga, mi plan era robarte, vivir a tu sombra, beneficencia y voluntad, luego dejarte sin dejar una sola palabra, huir como siempre lo hice, borrar mis huellas y esconderme. Mi plan era perfecto.
No fui yo quien te busco, tú me encontraste, te metiste a mi cama y habitaste mi vida a tu complacencia. No hacía falta robarte, pues me diste las llaves de todas tus puertas. Ya no pude huir, quise quedarme contigo para siempre. Sin embargo una noche te fuiste, me diste un beso de despedida y pediste perdón por no quererme. No podía quejarme, el plan se cumplió como se había previsto, todo salió perfecto. Pero entonces… porque hoy empecé a extrañarte?
1 comentario:
Podemos hacer planes, aun que no siempre salen como uno lo espere, aun que estos sean “perfectos”
un saludo
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