Hoy desperté y no estabas a mi lado, el frio de este invierno se ha puesto aun más despiadado. He buscado tu ropa en mi ropero y no halle ni rastros de tu perfume, tus discos de Bob Dylan han desaparecido de la mesa y los poemarios de Jaime Sabines que alguna vez compraste, le han hecho un hoyo a mi librero. Has dejado una habitación a medias, un vacio tan notorio que me ha hecho dudar si este es el lugar donde empezó todo.
Vivir sin ti se me hace difícil, cada rincón te invoca a gritos. Me pregunto como hacen los amantes para despedirse cada noche y no extrañarse después del último beso. Sobre mi pecho quedaron huellas de tus labios, entre mis dedos se deslizan las historias de lo que alguna vez fuimos, y cuando amanece y ya no estás conmigo, me siento morir, como si me faltara abrigo. Porque tú y yo sabemos que este maldito invierno… ya no me perdona nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario