Vivir sin ti se me hace difícil, cada rincón te invoca a gritos. Me pregunto como hacen los amantes para despedirse cada noche y no extrañarse después del último beso. Sobre mi pecho quedaron huellas de tus labios, entre mis dedos se deslizan las historias de lo que alguna vez fuimos, y cuando amanece y ya no estás conmigo, me siento morir, como si me faltara abrigo. Porque tú y yo sabemos que este maldito invierno… ya no me perdona nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario