Olvida lo que fuimos, aunque te cueste trabajo, entierra mis escritos, mis paseos por la playa, todo lo que vivimos. No te quiero en mi camino, aléjate de mis vicios, no entres a los bares donde me embriago con los amigos, tampoco vayas por mi calle cuando salga en busca de caprichos. Déjame odiarte como si fueses mi verdugo, mi enemigo o mi asesino.
Hoy deseo incendiar el lugar donde habitas, tumbar tus paredes, todo lo que construiste en tu nombre y escupir en tus cenizas. Y luego, al tercer día, si todavía sigo en pie, quiero buscarte, estrecharte entre mis brazos y decir que te he extrañado. Cuántos muertos y heridos, cuantos pecados y perdones, cuantas canciones, cuantos escritos se han hecho en tu honor. Cierra la puerta al salir, hoy no te necesito, déjame en paz… hoy no quiero amar.
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