Parece que fue ayer que nos conocimos Nanikavam, estando tan distantes uno del otro existía un parecido muy grande que por momentos llegue a pensar que me habías robado la vida para disfrutarla al máximo. Tienes menos años que yo pero como los viviste, tus ojos han visto lo que tu corazón tardo en apreciar, pero aun así la inconformidad con el mundo sigue latente. Te has querido marchar muchas veces, sin dejar siquiera una nota de perdón, pero no hay nada que perdonar si la vida no es lo que nos dijeron. Debo confesarte que también he deseado no estar vivo, que muchas veces al pasar por un puente o mirar desde una ventana alta las ganas de terminar esta agonía me ha tentado la cabeza. La vida es un constante sube y baja, una ruleta rusa que a veces apunta a la sien y otras veces te da el premio mayor, como cuando de tu vientre nació un milagro y empezaste a mirar a los costados como síntoma de preocupación por la vida. Yo voy encontrando pequeñas razones en el camino para quedarme, aunque quizás nunca apriete el gatillo porque soy muy cobarde hasta para dormir.
La vida que llevamos tiende a ser muy corta Nanikavam, aunque tú ahora quisieras envejecer con una mano arrugada acariciándote el cabello bajo el frio de otoño, debo prevenirte que tal vez eso no suceda. Las personas como nosotros tienden a sentirse muy solas tres veces por semana, se refugian en la oscuridad y el silencio, no desean abrirle su alma al mundo exterior, se pone mascaras que cubran su desnudez y algunas veces, muy pocas por cierto, piden a gritos ser amadas tal y como son.
Nadie muere por amor me decías, que uno siempre renace de las cenizas, la pasión es solo un vicio al que hay que acostumbrarse, nadie tiene las cadenas suficientes para atraparte, aunque muchos veces hubieses deseado que así fuese. Estamos condenados a sentir un vacio en el pecho después de la medianoche, cuando todos duermen y salimos en busca de ritos paganos. No creemos en dios pero siempre lanzamos una plegaria cuando subimos a un avión o a un microbús, nos asustamos de los espejos rotos y temblamos cuando lloran los gatos. Vivir así tiene sus complicaciones, por eso que amarnos tal y como somos tiene muchas desventajas, mucho riesgo que casi nadie está dispuesto a correr, esa es la mochila más pesada que tenemos que cargar Nanikavam.
Tu corazón siempre tendrá compañía, la pequeña que nació de ti es lo mejor que te pudo pasar, son esas compensaciones que te da la vida como disculpas por no ser como nos lo habían contado. Yo tengo el amor de alguien que me quiere mucho, pero que no está conmigo, antes creía que eso era una ventaja, ahora pienso que es una cruz. Muchas veces he pensado que en algún momento ella me dejara de querer, que se dará cuenta que la vida sin mí sigue siendo igual de interesante, o que simplemente me llegara a odiar, porque las personas como nosotros, tenemos esa capacidad de echar a perder las cosas buenas. Nos autodestruirnos y no buscamos culpables.
La noche está por terminar Nanikavam, mírame aquí en esta conversación con vos, desnudando nuestras almas, mostrándonos miserables como casi nadie nos ve. Espero seguir visitando tu ventana cada vez que el destino lo quiera, deseo que cumplas tu sueño de envejecer con una mano arrugada tocando tu mejilla, viendo a tu hija crecer y temblando cuando lloran los gatos. Es hora de despedirse de la luna, supongo que tú besaras la frente de Nicole que ya duerme, y yo besare la foto de mi chica que descansa en un lugar más lejano que el tuyo… Buenas noches Nanikavam y gracias por seguir ahí conmigo.
4 comentarios:
A... SIN PALABRAS POETA ULTIMAMENTE TE NOTO TAN TRISTE ...CASI O IGUAL QUE YO....mew gusto
besos y mordidas
Una conversación a dos donde no debo meterme, pero aún asi, permitidme que os desee a los dos un FELIZ 2010,
que esos ánimos se levanten te noto un poco decaido.
Un abrazo
0.0 que buen escrito
HE VUELTO xDDD espero
visitarte más seguido xD
pues me ha gustado,
¿tiene segunda parte?
vaya, un beso, hasta
siempre ^^
Otro hasta siempre René...
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