Imagino un lugar silencioso, donde las personas llegan con flores en la mano, gafas oscuras y trajes negros, mucha gente reunida llorando diciendo que era un buen tipo aquel tipo, veo los rostros de aquellos y no reconozco a nadie, sigo caminando y empiezo a entenderlo todo. Unos metros más al fondo hay una tumba con mi nombre pero sin epitafio, ya sé porque nadie ha venido a despedirse… la lapida dice que moriré mañana.
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