Me acostumbre a quererte como si el mundo terminara mañana, empece a tenerle miedo a los calendarios. Un lunes podrías salir huyendo y yo sin saber donde encontrar tus palabras. Una noche de diciembre podrías incendiar la casa con una despedida, una tarde de enero podrías regresar solo para recoger tus cosas y tus promesas sin saldar. Es lo que nos toco vivir, no pude interrumpir tus caminos ni llevarte a los míos. No soy tan valiente como creí.
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