jueves, 15 de julio de 2010

VERDADES

Cuando estaba en la cama con Wendy, me preguntó si la amaba mas ahora, que me dio lo mejor de su feminidad, si yo había sentido lo mismo que ella y al mismo tiempo que ella. Yo le dije la verdad, y desde ese día dejamos de hablarnos, no contesta mis llamadas ni responde mis correos electrónicos.
Cuando Ana Rosa me pregunto si me había acostado con otra mujer desde que empezamos a ser novios, desde que prometimos ser exclusivos uno del otro. Yo le dije la verdad y ella tomo su ropa, se vistió y salio de la habitación del hotel, dejándome un insulto sobre el velador y la amenaza de romper mis fotos al llegar a su casa.
Cuando Guisella me pregunto que pensaba de ella, que era lo que veía detrás de su mirada de ojos café, que escondían sus palabras, sus gestos extraños al contestar mis preguntas. Yo le dije la verdad, ella se fue hacia la puerta y antes de tirarle un trancazo, me dijo que no me respondería nada por respeto a lo que vivimos, desde ese día, no me habla como antes, no visita mi blog ni tampoco me pide consejos para afrontar sus miedos a la vida. Entonces decidi volverme un mentiroso.
En que momento la verdad se volvió tirana y no le cae bien a nadie, cuando fue que dejamos de aceptar nuestras miserias y miramos hacia otro lado cuando nos la recuerdan, por que tenemos que maquillar las certezas para poder decirlas. Por verdades tan amargas como esas, es que existen mentirosos tan dulces como nosotros.

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