El universo guardo dos estrellas en el firmamento para recibir el amanecer, mi ventana esta muy lejos de la tuya, pero aquellas estrellas forman un extenso puente de tus labios a mis manos, tu dibujas besos y yo escribo poemas, pero mis poemas no se comparan a tus labios, ni siquiera se acercan en simetría ni en perfección. Es que tus labios son el estado solido de la fantasía, el momento exacto donde nacen las palabras, el lugar preciso donde se inicia tu belleza.
Cuando la noche cubre el cielo con su manto oscuro, ahí estas tu para iluminar los caminos, aunque ninguno me lleve a ti, llenas de luz los senderos que serán el guía de los caminantes. Ando buscando mapas que descubran las rutas que me lleven a tu cuerpo, un manual para aprendiz de pirata que me ayude a desenterrar tus lunares, una copa fría de vino que me haga delirar cuando invada tus senos para bajar por tu vientre y clavar mi bandera.
Soy el nombre que no pronuncias de día, el párrafo que lees antes de dormir, la historia que espera tener un final escrito con tu letra, soy el espacio vacio en tu corazón que nunca será habitado.
Eres la señal del norte que llega con susurros, el canto del coquí que libera tus alas, la sonrisa interminable de mujer encantadora, eres la musa que ha venido a complacer mis noches de espanto, las consonantes que le dan sentido a mis palabras. Hoy entre para escribirte palabras de aliento y esperanza, pero siempre me pierdo en las tristes ganas que tengo de abrazarte, acariciarte, desearte y decirte una vez mas... gracias por acompañar mis silencios, aunque me sienta cansado de callar.
Cuando la noche cubre el cielo con su manto oscuro, ahí estas tu para iluminar los caminos, aunque ninguno me lleve a ti, llenas de luz los senderos que serán el guía de los caminantes. Ando buscando mapas que descubran las rutas que me lleven a tu cuerpo, un manual para aprendiz de pirata que me ayude a desenterrar tus lunares, una copa fría de vino que me haga delirar cuando invada tus senos para bajar por tu vientre y clavar mi bandera.
Soy el nombre que no pronuncias de día, el párrafo que lees antes de dormir, la historia que espera tener un final escrito con tu letra, soy el espacio vacio en tu corazón que nunca será habitado.
Eres la señal del norte que llega con susurros, el canto del coquí que libera tus alas, la sonrisa interminable de mujer encantadora, eres la musa que ha venido a complacer mis noches de espanto, las consonantes que le dan sentido a mis palabras. Hoy entre para escribirte palabras de aliento y esperanza, pero siempre me pierdo en las tristes ganas que tengo de abrazarte, acariciarte, desearte y decirte una vez mas... gracias por acompañar mis silencios, aunque me sienta cansado de callar.
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