Me enrede en tu silueta bajo las frias sabanas nocturnas, subi tus escalas hasta que mi voz se perdiese, nuestros cuerpos humedos cayeron desplomados despues de tantos temblores y mis manos atrapaban tus gemidos lanzados al viento cual lluvia de estrellas fugaces. Te dije que embellecias mi cama, que tu sonrisa era un pasaje directo al paraiso, tantas palabras de alivio para fingir ser un bandido perfecto. Pero ya no existen promesas de amor ni una vision hacia el futuro, solo fue una batalla ganada en nombre de la pasión.
Toma tu ropa, vistete con ese maquillaje de mujer amante, ponte el abrigo que afuera sigue lloviendo y no esperes una llamada antes de irte a dormir, ni un correo diciendo que aun conservo tu aroma salvaje bajo mi pecho. Ya escale las montañas que nesecitaba escalar, ya deseche mis labios sobre tu vientre firme, mis manos dejaron de temblar y mi alma quiere volver a su soledad... ya sacie mi sed.
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