
Esa noche me hablo de sus sueños y de sus temores, de su miedo a la vida y del futuro que veía tan lejano. No sabia lo que pasaría con ella, si seria una estadística mas en el mundo. Yo no dejaba de mirarla con toda la ternura del mundo, esa ternura que tenia guardada desde la última vez que la vi, le decía que no tenga miedo, que la vida tiene cosas muy lindas para ella y que siempre tendrá un momento para sonreír. Las copas se terminaban y la noche también, no pude resistir mas, me acerque a ella para abrazarla tan fuerte hasta que nadie podría arrancarme su aroma, acaricie su mejilla y era tan suave como ultima vez, Ella me pregunto: “Y por que estas llorando?” Yo aun temblando y mirándola a los ojos le dije: “Llegara el día en que ya no estaré contigo, te iras para siempre y nunca mas hablaremos, luego te

“Eso nunca pasara, no sueñes” me dijo tomándome de la mano, seco mis lagrimas y me abrazo, “Te escribiré cientos de poemas y cartas que jamás leerás, inventare historias donde seremos felices por siempre y guardare tus besos en una caja de cartón para no olvidarte jamás”. Ella sonrió un poco y cerrando mis labios con sus dedos: “Todo eso harías por mi?” “estas loco de remate lo sabias”. Aquella noche reímos juntos, le hice más confesiones que ella nunca creyó, la bese bajo cada árbol de aquel parque y pasamos la noche como si fuera la ultima de nuestras vidas, nuestros cuerpos desnudos tendidos sobre las sabanas estaban listos para darle la bienvenida al alba.
El ruido de los ga

1 comentario:
Hola Trovadicto, gracias por tu visita a mi blog.
Has escrito algo verdaderamente hermoso... me ha llegado. Sigue así!
Un saludo
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