sábado, 3 de enero de 2015

MUNDOS

Cuando la conocí no sabia absolutamente nada de ella, solo que sus brazos eran mi refugio perfecto. Y eso me bastaba.

Cuando me despedí, sabia que su mundo se iba con ella, porque ella siempre tuvo su propio mundo. Yo solo era un habitante con derecho a quedarse, pero no para siempre.


La eternidad tenia tantos significados en sus labios, al igual que el amor y el futuro. En mis labios, las tres palabras significaban lo mismo....el nombre de ella.

2 comentarios:

Teperepe dijo...

Te das cuenta de cuánto has escrito ultimamente? O lo estás copiando de tu cuadernillo?


Saludos
Tere

Animal Nocturno dijo...

Tenia escritos muy muy cortos en el "cuadernillo". Los quise soltar ahora que tengo tiempo.
Gracias por estar al tanto. Un abrazo inmenso Tere