Ella danzaba su propia melodía cuando la conocí. Se balanceaba sobre sus propias notas y fundía su cuerpo con la noche. La vía tan lejana, pero las horas y las copas la trajeron hacia mi. Me dijo su nombre que por supuesto era falso, le dije el mío, que por supuesto también. Bailamos toda la noche y se despidió con un beso y me dio su palabra que la noche siguiente me esperaría en el mismo lugar y con los mismos labios.
Nunca aprendí a despedirme, siempre quise algo mas, un segundo capitulo, un continuara seguido de puntos suspensivos.
La noche siguiente yo recupere mi ciudad.... y mi verdadero nombre.
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