
Viviríamos en un casa pobre, con los techos agujereados y en las lluvias arrimaríamos nuestra cama para no sentir más frio. Luego vendrían nuestros hijos y cuando yo sea viejo les contaría nuestra historia, de la aventura que fue traerte conmigo, y ellos dirán que su padre no siempre ha sido un perdedor, que esa batalla la gane yo, la batalla del amor.
He soñado tanto con esta historia que había pedido que la escriban en el epitafio de mi tumba, cuando ya las musas me abandonen y decida partir. La vida está hecha de historias, tenemos que aprender a escribirla sin miedos, con los pantalones bien puestos.
Ayer desperté y no encontré mi historia, podría jurar que la deje sobre mi velador, pero ya no está ahí, me la robaron. Salí a la calle furioso y asustado, preguntando a gritos quien me robo mi historia, quizás un villano o tal vez un señor acaudalado, he pedido a todas las brujas, que a ese bellaco le caiga una maldición. He regresado a mi casa, sin respuestas, sin historia y sin epitafio para mi tumba, preguntándome que le podrá contar a sus hijos ese ladrón.
He imaginado tu vid

1 comentario:
Por aki visitandote,
HACE TIEMPO QUE NO TE LEIA.
COMO SIEMPRE, ME IMPRESIONAS
BESOS
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