Ella vaga por las calles de Buenos Aires, buscando pasiones desenfrenadas, liberando la mujer que siempre quiso ser, la que no le teme al dolor ni a las cosas cotidianas de dos amantes entre sabanas, ella extiende sus tentáculos intentando alcanzar presas fáciles del fuego que lleva dentro, queriendo vengarse de su genero opuesto, del que muchas veces se sacio de su sangre para seguir viviendo.
Ella encuentra cada fin de semana un cuerpo caliente donde pasar sus noches, una mente abierta que la pueda comprender por unas horas y solo mediante caricias y sometimientos, hacer del amor una tortura extrañamente placentera. Soñando quizás que algún día alguien llegue para rescatarla de su castillo lleno de dragones.
Ella llega a su casa cada noche después de las once, mientras el amor de su vida esta dormida, ese pequeño pedazo de ángel de apenas quince meses de nacida, que llego un día solo para provocarle sonrisas. Ella la ama quizás como nunca ha amado en su vida, piensa que el universo nace cuando ella abre los ojos, aunque cree que el mundo no será mejor mañana, desea siempre estar a su lado, porque siente que no existe la felicidad en un mundo sin amor. Ella daría la vida entera si fuese necesario, con tal de amanecer a su lado cada día, uno de sus corazones siempre será para ella.
El frio es terrible en Buenos Aires, la gente se confunde entre el caos de las grandes avenidas, pero ella se distingue entre toda la multitud, ella es especial ante mis ojos, la quiero como solo se quiere a una musa. Esta tan lejos pero siempre es un gusto encontrarla y sentir que yo encajo entre sus dos corazones, porque aquella mujer lleva dos corazones en el pecho, es por eso que ama de esa forma tan intensa y opuesta. Es madre, es mujer… es mi musa de la noche.
Ella encuentra cada fin de semana un cuerpo caliente donde pasar sus noches, una mente abierta que la pueda comprender por unas horas y solo mediante caricias y sometimientos, hacer del amor una tortura extrañamente placentera. Soñando quizás que algún día alguien llegue para rescatarla de su castillo lleno de dragones.
Ella llega a su casa cada noche después de las once, mientras el amor de su vida esta dormida, ese pequeño pedazo de ángel de apenas quince meses de nacida, que llego un día solo para provocarle sonrisas. Ella la ama quizás como nunca ha amado en su vida, piensa que el universo nace cuando ella abre los ojos, aunque cree que el mundo no será mejor mañana, desea siempre estar a su lado, porque siente que no existe la felicidad en un mundo sin amor. Ella daría la vida entera si fuese necesario, con tal de amanecer a su lado cada día, uno de sus corazones siempre será para ella.
El frio es terrible en Buenos Aires, la gente se confunde entre el caos de las grandes avenidas, pero ella se distingue entre toda la multitud, ella es especial ante mis ojos, la quiero como solo se quiere a una musa. Esta tan lejos pero siempre es un gusto encontrarla y sentir que yo encajo entre sus dos corazones, porque aquella mujer lleva dos corazones en el pecho, es por eso que ama de esa forma tan intensa y opuesta. Es madre, es mujer… es mi musa de la noche.
3 comentarios:
muy bueno.
Hay poeta!!! me dejas sin palabras, simplemente HERMOSO! te adoro ...gracias por pensar en mi.
Qué suerte poder entenderte!!
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