
Y yo tomándola en mis brazos, oliendo su perfume que tanto extrañe, disfrace mis gestos de hombre mundano, de loco profano, de tonto sin corazón, le quite el vestido, la llene de caricias, fingiendo el amor. Luego sin dejar que despertara, sin cerrar las ventanas, sin dejar huellas de nada, la mire fijamente…y le dije adiós.
2 comentarios:
¡Vaya eventualidad!
Hasta otro instante
Tere :-)
Gracias por estar ahi, pestañeando cerca de mis escritos jeje.
Un besote Tere.
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