jueves, 4 de diciembre de 2008

DEJAME CONTARTE

Dejame contarte que las noches siguen siendo ese punto de referencia, manchada en mi cuaderno, las horas se siguen pasando en vela, con la ventana abierta y el alma en pena soltando gritos a escondidas, la luna llena aun me sonríe de vez en cuando. Parece que las cosas no han cambiado mucho, sigo tomando café en la misma esquina de la calle Azares, sigo caminando por las partes oscuras de la avenida Yzaguirre con el ipod en los oídos tratando de inventar historias que luego escribiré. Aun bajo al mar a sentarme en las orillas, me mojo los pantalones, me lleno de arena los zapatos y mi cabello sabe a sal. Todavía sigo yendo a los conciertos de trova, sigo escapándome del trabajo para comprar un boleto en la fila del medio, sigo comprándome ropa en el mismo lugar de siempre, no porque sea de buena calidad, sino que siempre he ido a esa tienda y mi vida se ha llenado de pequeñas rutinas que tranquilizan mi existencia.
Dejame decirte que tal vez he subido unos kilos a la balanza, me figura ha sufrido una variación exagerada que mi sombra se ha expandido con las luces de las calles. Me deje crecer un poco el cabello para tapar la calvicie que los años me han dejado, ahora uso zapatillas blancas, medias de algodón, gorra gris. Me volvi algo distraido, arisco, un poco egoista, casi un extraño en mi propio planeta.
Déjame contarte que la nostalgia a veces llega en forma de mujer, deja unos besos cerca de mi cama y se marcha ahuyentando el presente, solo deja recuerdos que a veces se mezclan con tu nombre y se viene la noche de golpe sin avisar al reloj. Aun estoy vivo y siento que muy pocas cosas han cambiado desde que te fuiste, desde que ya no me hablas, desde que te casaste. Y seguimos siendo ese par de desconocidos que nunca quieren volverse a ver, todo sigue su curso regular. Ah lo olvidaba, me invente un blog en el cual hablo de ti pero no digo tu nombre, cuento de las extrañas formas de recordarte y olvidarte en menos de veinte lineas. Es lo que me ayuda a matar mis demonios, ahuyentar los fantasmas de tu ausencia, me ayuda a sobrevivir a la bella y a la vez peligrosa sensación... que es extrañarte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lindo......inspira y deja una brisa de nostalgia, de esa que a todos a veces nos dá.