A veces cuando el sol se oculta, cuando se esconde entre las aguas del mar y ya no queda una sola gota de luz bajo el cielo, solemos pensar en los recuerdos que dejamos atrás. Pensamos que la vida es circular, que en algún momento llegara el día en que corregiremos nuestros errores y la vida volverá a tomar su rumbo. Nunca nos ponemos a pensar que cuando arruinamos algo ya no hay tiempo para borrones, las consecuencias son cosas que debemos afrontar para que algún día no vuelva contra nosotros como una bola de nieve dispuesta a enterrarnos.
Muchas veces mentimos, jugamos sin reglas, nos disfrazamos de personajes que nunca seremos, dañamos a las personas que no deseamos, incluso dejamos que nos dañen por no tener el valor de enfrentar nuestros miedos. Creemos que la vida es para siempre, que los sentimientos nunca mueren y que el amor siempre será amor. Volamos entre nubes por un mundo que desconocemos, evitamos sermones, prohibimos prohibiciones y nos convencemos que no existe algo más allá del sentido común.
Algunas veces destinamos limosnas para engañar nuestras conciencias, creamos historias donde solo hay una cara de la moneda y nos pasamos la vida creyendo en finales felices. Pero nunca nos preguntamos las cosas que nos debemos preguntar, cerramos los ojos, apretamos los puños, damos la espalda, callamos los labios. Hay tantas cosas que no terminamos de conocer, hay muchas de cosas que ni empezamos a conocer, nos olvidamos de las cosas simples, complicamos nuestra existencia con teorías de relatividad que nunca entenderemos. Y al final de nuestro tiempo al fin logramos saber, que la vida es lo que pasa mientras hacemos planes.
Muchas veces mentimos, jugamos sin reglas, nos disfrazamos de personajes que nunca seremos, dañamos a las personas que no deseamos, incluso dejamos que nos dañen por no tener el valor de enfrentar nuestros miedos. Creemos que la vida es para siempre, que los sentimientos nunca mueren y que el amor siempre será amor. Volamos entre nubes por un mundo que desconocemos, evitamos sermones, prohibimos prohibiciones y nos convencemos que no existe algo más allá del sentido común.
Algunas veces destinamos limosnas para engañar nuestras conciencias, creamos historias donde solo hay una cara de la moneda y nos pasamos la vida creyendo en finales felices. Pero nunca nos preguntamos las cosas que nos debemos preguntar, cerramos los ojos, apretamos los puños, damos la espalda, callamos los labios. Hay tantas cosas que no terminamos de conocer, hay muchas de cosas que ni empezamos a conocer, nos olvidamos de las cosas simples, complicamos nuestra existencia con teorías de relatividad que nunca entenderemos. Y al final de nuestro tiempo al fin logramos saber, que la vida es lo que pasa mientras hacemos planes.
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