domingo, 2 de noviembre de 2008

LA MUJER DE SUS SUEÑOS

Aquel escritor se sentía como un bicho raro en ese mundo casi civilizado, pensaba que con esa forma de vestir extraña, esos gustos primitivos por la música de antaño y esa forma de decir las cosas que a muy poca gente le agradaba, no podía encajar en esa sociedad. Fue una persona muy infeliz, la gente de su comunidad lo miraba pasar todos los días camino al parque que esta a dos cuadras de su casa, a donde el iba con sus cuadernos en la mano y un sombrero que cubría gran parte de su rostro, llegando al parque se sentaba en una banca, miraba a su alrededor durante horas y luego se ponía a escribir. Nunca nadie pudo verlo sonreír en todo ese tiempo.
Una noche mientras el escritor se embriagaba con varias copas de pisco, se dio cuenta de su soledad y de los vicios que ello encierra, de las tragedias que podría ocasionar el necesitar algo y no saber exactamente que cosa, entonces abrió su cuaderno gris, tomo su lápiz gastado y empezó a imaginar como seria la mujer de sus sueños, así que lleno sus líneas de fantasías divinas, pero su imaginación no hablaba de caderas anchas, senos firmes o labios gruesos; sus deseos iban mas allá de lo previsible, sus pensamientos inventaban cosas que rimaban con lo perfecto, creaban adjetivos llenos de pasión y describía palabras dulces que se acercaban a la locura. Y cuando termino de diseñar a la mujer de sus sueños, la introdujo en una novela, donde él también seria el otro protagonista.
Su vida cambio para siempre, escribía su propia historia donde en algún momento de su vida, por caprichos del destino, conoció a aquella mujer en un café cerca de su casa. Ahora la gente de su comunidad podía verlo pasar sin sombrero y sonriendo sin pudor durante todo el camino al parque, ya en ese lugar se sentaba en el césped, miraba las mariposas balancearse en el viento, miraba como crecían las flores, como caí
an las hojas de los árboles en otoño y solo después de eso recién abría sus cuadernos, para ponerse a escribir una historia nueva donde él otra vez se encontraba con la mujer de sus sueños para inventar nuevas formas de felicidad. Así pasaron los días, los meses y los años. Aquel escritor ya no volvió a sentir la soledad, ahora tenia una dulce compañera a su lado (aunque solo sea en su imaginación), la vida era mas bella para él, aunque nunca haya podido encajar en esa sociedad.
El amor es el invento de los corazones puros, una mentira paralela a mil verdades, una historia oculta de los libros de ciencia. El amor es como ese destello que vemos cruzar el cielo disfrazado de estrella fugaz mientras le pedimos un deseo, es el conjunto de palabras que inventamos para demostrarle a alguien lo importante que es, el amor es la cueva donde no llega el sol pero siempre esta iluminada, es el silencio de las almas cuando roza con el dulce manto de la libertad. El amor es el refugio de los amantes que siempre esperan una segunda oportunidad.
Cuando la vida transcurrió hacia su cause final y los años eran solo un manojo de escarchas que adornan el espíritu, aquel escritor llego al final de su existencia. Ya cansado, de andar lerdo y pausado, se echo en su cama y agonizo en silencio, nadie nunca fue a visitarlo desde que dejo de salir al parque, nunca nadie se entero el dia en que dejo da salir de su casa para escribir. Quizas la gente nunca entendio quien era él, ni tampoco se entero nunca que aquel tipo escribia sobre mundos perfectos y sonrisas eternas, o quizas simplemente la sociedad no estaba listo para alguien tan feliz.
Mientras el corazón del escritor daba sus últimos suspiros, se dio cuenta que ya no tenia miedo, incluso sentia algo de placer, porque sabia que nunca mas estaria solo, aquella mujer de sus sueños que tantas veces lo habia ayudado a sobrevivir entre tanto silencio y oscuridad, estaria esperando por él en algun lugar de ese sueño eterno que es la muerte. Aquel escritor murio con esa sonrisa que su musa le habia dibujado hace tiempo atras... y que ya nunca nadie pudo borrar.

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