Cuando despiertas, soy yo quien empieza a soñarte, me acomodo a tus deseos, a tus ganas de amarme, me disfrazo de fantasía para caer sobre tu espalda y sentirte mía. Cuando te observas en el espejo, soy yo quien te mira, son mis ojos quienes descubren tu belleza, que te dicen que eres hermosa como la tarde, como el cielo estrellado, como las pequeñas cosas del mundo, pero a la vez eterna.
Hoy anocheció lloviendo y fui yo quien estuvo a tu lado cuando sentiste frió, mirando desde tu ventana como llora la ciudad entumecida, agraviada por el eco de esta distancia que nadie entiende. Como extraño tus labios sin haberlos tenido, como llega tu sombra hasta este lugar tan vació. Hoy hicimos el amor bajo la luna llena, fui yo quien apago la luz, te dio un beso y puse tu ropa sobre el velador, y mientras la noche se preguntaba que tan locos estamos... te ame muchas veces frente al computador.
5 comentarios:
Mmmmmm...un escrito sencillamente delicioso. Ese eres tú, no más.
Abrazo
Tere
Vaya!! jeje, me ha encantado, cada palabra la he podido sentir, esa luz apagada por tus manos, ese beso, hasta como colocas la ropa sobre el velador como tú lo llamas, para mí sería "cómoda"...
Que bellas palabras querido Trovadicto, te dejo un beso desde mi cuarto, cerca de la ventana mirando al mar
que bueno que aparezcas Teresita, se te andaba extrañando.
gracias por tus besos Monse, mi ventana siempre estará abierta para ti.
otro poeta diría "tanto he soñado contigo que sin duda no es momento de despertarme"
el primer parrafo es bueno, sugerente
pasta de narrador te sobra
como dicen por ahi la poesía es una mujer a inventar
con todo lo extraño complejo absurdo y bello que ello implica
que bueno que aprobé je je
Saludos
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