Las noches en Beirut ya no serán las mismas, las calles de Bagdad lucen desamparadas, en Corea del Sur los cielos se iluminan de luces mortales aterrando a sus hijos, nadie busca culpables, nadie toma prisioneros, la consigna es destruir su propia especie.
Los bancos de New York han sentido una caída, la economía en Grecia tiembla ante su realidad y en Irlanda no todo era lo que parecía. El vaticano le inventa milagros a Juan Pablo, el gobierno chino oculta a su premio nobel entre barrotes, en La Habana la gente agoniza defendiendo una ideología y en Norteamérica Noam Chomsky sigue criticando a su gobierno por no ser humanitario.
Pienso en cada lugar del mundo que se desangra, en el rostro de aquella gente que busca una salida mientras le vendan los ojos, pienso en cada lugar fuera de mi para no pensarte, para no hacerme más daño, a veces la melancolía provoca espasmos que te tiran al piso pisoteando tu cordura y autoestima. Hoy siento destruirme junto a los desamparados.
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