Tenía quince años un día antes de conocerte, un ramillete de caretas bajo el abrigo, ganas de huir de las cosas eternas, y un pánico a las habitaciones cerradas. Tenía muchas fantasías pero ningún sueño.
Cuando llegaste a mi vida cumplí treinta muy de prisa, amanecí a tu lado y con las ganas de ser por fin un adulto. Me quite el abrigo con todas sus mascaras, jure quererte para toda la vida y entre esas cuatro paredes, te ame como el mejor de mis sueños… deseando que dure para siempre.
1 comentario:
El amor hace que se madure deprisa.
Tere
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