Dicen que vendrá un terremoto, tan devastador que no dejara una sola casa en pie, que las aguas inundaran el puerto y la gente se irá a vivir en los cerros. Dicen que aquel terremoto podría llegar a fin de año o quizás un poco antes. La gente anda muy asustada, anda guardando sus provisiones y les rezan a todos los santos. En mi país hay muchos santos a quienes rezarle, a veces pienso que hay más santos que creyentes.
Las iglesias están repletas, las discotecas casi vacías, los edificios lucen deshabitados y los hospitales están abarrotados de hipocondriacos. Mientras tanto, yo me encuentro en este viejo sofá, escribiendo palabras que te traigan de regreso, porque siento que mi mundo sin ti ya está en ruinas… y no hay lugar para damnificados.
3 comentarios:
Ay amigo, no quiero saber más de terremotos, han sido demasiados sismos los vividos...
Un beso desde el fín del mundo.
Es cierto, el mundo anda muy
mal, hay muchas destrucciones,
hay muchos males, la gente
empieza a tener miedo, y
todo el mundo anda de aqui allá,
nos podemos olvidar de todo,
pero nunca de nuestro amor ^^
muy buena entrada querido amigo
^_^
Temo más los terremotos interiores, y sus gobernantes.
Saludos.
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