sábado, 13 de marzo de 2010

BOOMERANG

Cuando Diana se apoyo en mi hombro deseando que siga a su lado todo el fin de semana, yo estaba pensando en salir huyendo antes de que llegue el sábado. Deje que se quede dormida, me vestí y salí del hotel sin hacer ruido, le deje mi número telefónico por si un día desea que la acompañe una noche más. Me llamo cuatro o cinco veces después de eso, luego se olvido de mi alegando algo que no entendía bien: “y donde está el amor?”.

Cuando Yolanda me regalo un oso de peluche por mi cumpleaños, me dijo que nunca antes había sentido tantas cosas juntas por alguien. Una semana después fue el cumpleaños de ella y yo ni la llamé para saludarla. Nunca he sido bueno para recordar fechas, lo mío era huir, huir de todo lo que hable de compromisos y responsabilidad. Cuando ella decidió terminar conmigo su razón era muy evidente: “y donde está el amor?”.

Cuando Karen accedió irse a la cama conmigo estaba muy ilusionada, parecía que una nueva etapa comenzaba en su vida, las mujeres son de hacer planes con todo los que se les presente, me quiso presentar a sus padres, llevarme a las fiestas de sus amigas, que la recoja del trabajo después de las nueve. Yo solo quería llevarla a la cama, por eso tuve siempre cuidado de no prometerle nada, así que no sentí culpa al verla llorar. Yo no había dicho nada que vaya mas allá de un encuentro carnal, esas siempre fueron mis reglas de juego. Cuando Karen salía del hotel aun con los ojos rojos, me miro con algo de desprecio y me decía: “acaso nunca vas a sentir amor?”.

Llegué a los treinta sin muchos remordimientos, conocí a una linda chica que demostró que me quería más de lo que alguna vez soñé. Un día vino por mí y fuimos felices tantas noches como se nos permitieron, luego de eso se marcho diciendo que volvería, pero ya nunca regresó. Mientras le escribía la carta numero setenta y cinco con un poema al final, ella viendo el calendario y entendiendo las distancias, solo pudo decirme: “No basta con amar, no es suficiente…aprende a vivir sin mi”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

como no entenderte...los hombres suelen hacer eso,se ven cercados y escapan pero...todo vuelve y cuando les toca duele mas , nosotras estamos casi curadas de tanto pasar por eso...pero nunca se aprende lo suficiente. Besos "Mujer rebelde"

MIZPAH dijo...

Fantástica última frase...
"No basta con amar, aprende a vivir sin mí...".
;)