Aquel chico que nunca la olvido, que siempre anduvo soñando con sus ojos y su boca, pasaba noches enteras pensando en lo que pudo ser, siempre tenia espacios para poner su ausencia en algún lugar de su habitación, siempre tenia pretextos para buscar aquella mirada que nunca llego, aquel chico que siempre estuvo enamorado de aquella chica, entendió que la mejor manera de tener a alguien, es dejándola ir.
Siempre quiso escribirle un poema que hable de su belleza, de sus mañanas frías y sus noches despierta, pero nunca consiguió las palabras exactas, era un poeta mediocre que no lograba hacer rimar las palabras, las prosas se perdían entre las rosas dibujadas en las hojas de sus cuadernos, las estrofas se mezclaban de una forma tan confusa que la nota mas difusa de las melodías que inventaba no tenían ningún sentido ante sus ojos. Siempre quiso escribir un poema que sea tan bello que algún día, el se lo pudiese enseñar a ella sin temor a sentirse avergonzado.
Pero aquel chico nunca pudo escribir ese poema, tampoco pudo estar frente a ella nunca más, su musa secreta. Sin embargo un día, sintió que tenía tantas palabras guardadas, tantos adjetivos escondidos, tantos verbos sin conjugar, que decidió contar historias de un ser que vivía en noches sin dormir, un animal nocturno que se disfrazaba de ser humano para deambular en el silencio de la oscuridad, alguien que a pesar de parecer muy cruel, tenia un corazón encadenado a sus recuerdos, era un animal que a veces se olvidaba de amar, pero que de vez en cuando, desenterraba la pasión bajo el vientre de algunas mujeres. Y también algunas veces, cuando el silencio era total, sentía la melodía de aquella musa escondida… que siempre será el amor de su vida.
Siempre quiso escribirle un poema que hable de su belleza, de sus mañanas frías y sus noches despierta, pero nunca consiguió las palabras exactas, era un poeta mediocre que no lograba hacer rimar las palabras, las prosas se perdían entre las rosas dibujadas en las hojas de sus cuadernos, las estrofas se mezclaban de una forma tan confusa que la nota mas difusa de las melodías que inventaba no tenían ningún sentido ante sus ojos. Siempre quiso escribir un poema que sea tan bello que algún día, el se lo pudiese enseñar a ella sin temor a sentirse avergonzado.
Pero aquel chico nunca pudo escribir ese poema, tampoco pudo estar frente a ella nunca más, su musa secreta. Sin embargo un día, sintió que tenía tantas palabras guardadas, tantos adjetivos escondidos, tantos verbos sin conjugar, que decidió contar historias de un ser que vivía en noches sin dormir, un animal nocturno que se disfrazaba de ser humano para deambular en el silencio de la oscuridad, alguien que a pesar de parecer muy cruel, tenia un corazón encadenado a sus recuerdos, era un animal que a veces se olvidaba de amar, pero que de vez en cuando, desenterraba la pasión bajo el vientre de algunas mujeres. Y también algunas veces, cuando el silencio era total, sentía la melodía de aquella musa escondida… que siempre será el amor de su vida.
Entrada # 200
2 comentarios:
Definitivamente tienes musa Renè...esta entrada es fenomenal, te identifica, definitivamente. Me ha gustado leerla nuevamente.
Abrazos a la distancia
Tere
Debes tener una musa estupenda...
:-*
Publicar un comentario