martes, 2 de junio de 2009

EL FUTURO Y EL PASADO

Ella quiere dibujar su futuro en una hoja en blanco, dice ser una chica inteligente, sincera, leal y perseverante, escribe que anhela conocer un tipo mayor, maduro, decidido y pensante del porvenir. No busca los ingredientes del amor, sino que piensa que el amor nace mediante esas pequeñas cosas que ella llama “requisitos primordiales”, su calendario le dice que esta a punto de cumplir cincuenta años y no esta para jugar a los novios. Ella solo piensa en el mañana, en envejecer en los brazos que la protejan del frió y la lluvia, en que no le falte nada a su refrigeradora ni a su cama.

Lo curioso de la vida, es que así no funciona el mundo, ella sigue gastando papeles dibujando sus deseos de un futuro mejor, pero casi nadie contesta sus cartas, se la pasa esperando el amor que quiso inventar alguna vez, ocupando sus horas con quehaceres cotidianos, con rutinas de alquiler. Sin embargo hay noches en que piensa en el pasado, en un amor que no pudo ser o que fue por un instante como el pestañeo de un ángel, ella lo recuerda con mucho cariño, porque alguna vez le dio su corazón sin dejar preguntas, y juntos se hicieron promesas, pero ahora esas promesas ya no importan, porque la vida es así, porque el destino juega naipes con nuestros caminos.

Ahora ella sobrevive en un mundo cruel y agobiante, pero aun se da espacios para inventarse fantasías, amores secretos que cuando el sol se oculta, dejan sus escondites para expresarles las bondades de sus almas, ese amor ficticio que la ayuda a vivir. Yo soy uno de esos amantes secretos, que cada noch
e la llama para decirle que no esta sola, que yo estoy con ella y siempre lo estaré mientras me lo permita. Y aunque sé casi todos sus secretos, no me importa decirle que la quiero por sobre muchas cosas, porque me reconozco en ella, porque ambos vivimos inventando futuros, recordando pasados, dibujando sobre hojas en blanco… el amor que talvez nunca llegará.

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