Lo curioso de la vida, es que así no funciona el mundo, ella sigue gastando papeles dibujando sus deseos de un futuro mejor, pero casi nadie contesta sus cartas, se la pasa esperando el amor que quiso inventar alguna vez, ocupando sus horas con quehaceres cotidianos, con rutinas de alquiler. Sin embargo hay noches en que piensa en el pasado, en un amor que no pudo ser o que fue por un instante como el pestañeo de un ángel, ella lo recuerda con mucho cariño, porque alguna vez le dio su corazón sin dejar preguntas, y juntos se hicieron promesas, pero ahora esas promesas ya no importan, porque la vida es así, porque el destino juega naipes con nuestros caminos.
Ahora ella sobrevive en un mundo cruel y agobiante, pero aun se da espacios para inventarse fantasías, amores secretos que cuando el sol se oculta, dejan sus escondites para expresarles las bondades de sus almas, ese amor ficticio que la ayuda a vivir. Yo soy uno de esos amantes secretos, que cada noche la llama para decirle que no esta sola, que yo estoy con ella y siempre lo estaré mientras me lo permita. Y aunque sé casi todos sus s

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