Han pasado tantos días, desde aquel verano en que te conocí, tengo que confesar que nunca pude olvidarte. No se si fue tu risa o tus ganas de vivir, pero de alguna manera seguiste intacta al tiempo, a los remolinos que me trae el destino, siempre estuviste ahí.
Ahora que te tengo cerca, déjame decirte que las noches nunca fueron tan intensas, que los días sin ti fueron tan intrascendentes, que casi no recuerdo nada de mi pasado. Ahora tu eres mi presente, eres mis ganas de decirte que puedo tener otros caminos, pero este es el que elijo, estar contigo.
La noche transcurre sin el menor remordimiento. Y yo solo puedo pensar... en como hacerte mía.
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