En tus brazos me perdí, voluntariamente me perdí, no quise mapas ni salir de ahí. Llego el frió y bajo tu cuerpo encontré abrigo, ya no me quise ir. Ahora te escribo de este bello lugar, frente a mi ventana, queriendo atraparte con palabras, llamar tu atención, decirte lo que he vivido y lo que soy.
La marea se va calmando, mis navíos anclaron frente a tu brisa, quiero vivir lo que me queda para ti.
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