Ayer soñé con tu existencia, soñé que me regalaste sonrisas, caricias y un poco de eso que llaman felicidad. No tenias forma definida, pero yo te llame: mujer.
Fuiste mi Eva, mi manzana deseada y prohibida a la vez, fuiste lo que muchos llaman rutina, pero para mi fuiste un placer. Ahora que guardaste silencio, yo todavía no aprendo a callar. Donde puedo buscarte?, como logro convencerte que te detengas a mirarme?. Mi voz te llega en forma de versos. y ya no te tomas el tiempo de escucharme. En que momento perdí la batalla.
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