Con tus ausencias aprendí a ser quien soy, ese loco desconfiado que no sabe por donde camina, que mira hacia los costados sin encontrar rumbo fijo, tan solo con la idea de no detenerse, que nadie vale la pena. Con tu llegada mi itinerario cambia, eres la dueña de mi tiempo, de mi presente, de mi destino.
Esta manía de no querer envejecer, de no llegar a viejo pero si conocer la felicidad aunque sea en pequeños trocitos, este miedo a sentarse y observar que el mundo se desmorona, que la banderas han ganado la batalla. He llegado a la conclusión, de que sin ti la vida carece de respuestas, y cuando estoy contigo... no hacen falta las preguntas.
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