No soy bueno con las interrogantes a quemarropa, no soy bueno explicando sentimientos, se me hace más sencillo hablar sobre mis miedos, como mi temor a las alturas desde que era pequeño, siempre evitando subir escaleras, asomarme a los balcones de las casas de mis amigos, me aterraban los ascensores, los edificios con ventana a la calle, también llegue a tenerle miedo al mar, solo podía acercarme a la orilla, escribir nombres en la arena y salir huyendo cuando subía la marea, le tengo pánico a las multitudes y me aturde el ruido desmesurado, te avergonzarías de mi si me vieras en los supermercados. No soy un tipo normal, lo he dicho miles de veces, he tenido más defectos que virtudes pero los disimulaba muy bien.
El amor es más que un estado de ánimo, es más que una estación en este viaje imaginario, el amor es lo que queda de nosotros cuando ya no estamos. Al final del tiempo, somos lo que amamos.
Me preguntas si alguna vez te quise de verdad, y yo me lo he preguntado tanto que empecé a buscar las respuestas en mi pasado. Mírame ahora, no lo podrías creer, subiéndome a este avión, bebiéndome un whisky mientras me doy cuenta desde la ventana que vuelo sobre el océano, luego de esquivar tanta gente en los aeropuertos. He vencido mis fobias con la idea de buscarte y responderte esa interrogante que me ha fustigado todo este tiempo. Me preguntas si alguna vez te quise, que te puedo decir, fuiste mi terapia más efectiva, mi universidad de la vida, mí doctorado en el amor... mi premio nobel en locura.