Mi cama esta vacía, mi corazón herido y mi ventana permanece cerrada desde la noche anterior. Cuanto tiempo ha pasado desde que caminaba contigo bajo la lluvia de otoño, ya no cuento los días, solo sé que ha sido toda una vida.
Me gustaría darte un abrazo, aunque sea uno pequeño, saber que fuiste real, que nadie te invento para mí. Hoy escribo porque el mundo se cae a raudales, porque no quedaran ni las cucarachas para contar esta historia. No olvides llevar flores y cuando caiga la tarde… te detengas a leer mi epitafio.
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