Los vientos duros de Ica supieron de nosotros, las dunas del desierto nos vieron caer como bolas de fuego envueltas de arena, dos amantes que no temen la oscuridad de la noche, pues ya estuvieron allí, jugando a ser mortales, arriesgando nuestras alas sin haber aprendido a volar.
El sol de Arequipa fue testigo de que un día llegaron dos locos de remate, para intentar aprender nuevas formas de vivir, es que aunque la vida es una sola, tiene distintas versiones, algunas más temidas que otras, pero eso no te importo, tu siempre estuviste a mi lado para que yo pudiera perder el miedo a saltar cuando había que saltar.
Los amaneceres en Cuzco nos dieron la bienvenida, sus primeras luces advirtieron que ese no iba a ser cualquier día, nunca quise a nadie en tantos lugares a la vez, jamás camine más de siete calles de la mano de alguien sin desear salir huyendo, no había aprendido a decir “te amo” con los cinco sentidos. Fueron muchos amaneceres los que pase contigo, fueron muchas las ganas de decirte al oído “quédate para siempre”.
Lima la horrible te saluda con su lluvia ligera, los charcos con reflejo tendidos en las aceras, con miedo de abrazarte por temor a que te quedes dormida, su manto de flores moradas abrigando tus penas, sus catedrales, sus santos que tiemblan bajo la luna nueva. Espero quererte tanto como para sobrevivir a mis cenizas, que extrañes mis arrugas por si llegamos a envejecer juntos, aunque nuestros caminos sean desiguales en distancia y tiempo.
El sol de Arequipa fue testigo de que un día llegaron dos locos de remate, para intentar aprender nuevas formas de vivir, es que aunque la vida es una sola, tiene distintas versiones, algunas más temidas que otras, pero eso no te importo, tu siempre estuviste a mi lado para que yo pudiera perder el miedo a saltar cuando había que saltar.
Los amaneceres en Cuzco nos dieron la bienvenida, sus primeras luces advirtieron que ese no iba a ser cualquier día, nunca quise a nadie en tantos lugares a la vez, jamás camine más de siete calles de la mano de alguien sin desear salir huyendo, no había aprendido a decir “te amo” con los cinco sentidos. Fueron muchos amaneceres los que pase contigo, fueron muchas las ganas de decirte al oído “quédate para siempre”.
Lima la horrible te saluda con su lluvia ligera, los charcos con reflejo tendidos en las aceras, con miedo de abrazarte por temor a que te quedes dormida, su manto de flores moradas abrigando tus penas, sus catedrales, sus santos que tiemblan bajo la luna nueva. Espero quererte tanto como para sobrevivir a mis cenizas, que extrañes mis arrugas por si llegamos a envejecer juntos, aunque nuestros caminos sean desiguales en distancia y tiempo.
5 comentarios:
Muy buena entrada!!! Hay amor ahí a montones, que dure las 4 estaciones y más!!!
Saludos Feliz fin de semana.
Noe
que lindo heee, si que se nota que hay amor.... sea tu caso o el de otra persona la felicito porque se nota que al fin encontro a su otra mitad, y eso hay que celebrarlo..........
un beso muuuy grande
y gracias
Fantástico deseo... No dejes que muera.
Un texto muy bonito, con mucha energía pasional y melancólica.
Gracias por tu visita.
Un saludo.
Y ¡como no! si todos los paisajes de tu bello Perú, son ideales para el encuentro de cuerpos y almas. ¡Cuánto debes haber disfrutado!
Un abrazo
Tere
Publicar un comentario