lunes, 11 de febrero de 2013

EN OTRA VIDA


Empecemos esta historia con un animal nocturno cansado, cansado de sí mismo, de la noche, de las camas vacías, de las mujeres que al empezar el día, dejaran vacía esa cama que se ha vuelto mi refugio. Al terminar el fin de semana no existían más nombres, ni números telefónicos, solo quedaba un cuerpo cansado de vivir de la misma manera todas las noches de su vida.


Aquel animal nocturno conoció una mujer bella, tan dulce como bella. No fueron cosas del azar, mientras vivía a mil hora, esa mujer ya estaba ahí, permanecía lejana, atenta, dejando su compañía cada cierto tiempo para luego desaparecer. Cuando todas se iban, ella permanecía ahí, en mi memoria, en mi agenda y en ese rincón de palabras con que llenaba mis hojas en blanco.

He dejado esa vida, he dejado mil noches aun no vividas, ya no me hacen falta. Empecé a perseguirla como si fuese mi última oportunidad. Ella acepto quedarse conmigo, pero por momentos le llenaban las ideas de marcharse, de desaparecer, y yo sin formas de retenerla. Ya no soy el de antes, ya no me  atraen los pecados, ni los excesos.

Esta historia recién empieza, pero quizás para los demás ya no resulte tan interesante. La ultima locura que hice por ella fue irme a vivir solo. Alejarme un poco de todo y buscar en mi mudanza nuevas formas de madurez. Ella piensa que vendrán a mi cabeza nuevos proyectos, nuevas metas, que he estado muy dormido todo este tiempo, que viviendo solo voy a pensar como un adulto, que el cielo es el límite y que yo puedo llegar. Deseo ser la persona que ella se merece, darle lo que quizás nadie le podrá dar, una extraña combinación de aventura y felicidad en este nuevo camino.

Escribo estas palabras desde mi nuevo hogar, un segundo piso de una casa muy lejana a la anterior. Lejos del mar pero más cerca del silencio, con una cama y una computadora que albergara mis nuevos escritos sobre esta experiencia nueva para mí. Ya no tengo temores, solo sueños en espera. Me acompañan mis libros, mis discos de Silvio y Sabina. Y cada fin de semana, levantarme temprano, limpiar la casa, ordenar la alcoba y esperarla con el corazón en la mano… listo para recibirla en mis brazos.

1 comentario:

Teperepe dijo...

Una nueva aventura...vivir solo con tu soledad. Es interesante luego de tanto tiempo del bullicio.


Abrazo
Tere